(CNAd/Infocatólica) «La diversidad en las instituciones eclesiásticas» es «un enriquecimiento». Según el nuevo reglamento, los empleados homosexuales, por ejemplo, podrían representar a la iglesia «siempre que aporten una actitud básica positiva y una apertura hacia el mensaje del Evangelio, respeten el carácter cristiano de la institución y contribuyan a ponerlo en práctica en su propio ámbito de actividad».
El «ámbito central de la vida privada, en particular la vida de relación y la intimidad» queda «retirado de la evaluación legal» porque los requisitos profesionales «se extienden principalmente a la conducta en el servicio», afirma el proyecto. «Los requisitos eclesiásticos especiales para el clero y los miembros de las órdenes religiosas no se ven afectados».
«El nuevo proyecto de ordenanza deja inequívocamente claro que el ámbito central de la conducta privada de la vida no está sujeto a evaluaciones legales y está fuera del alcance del empresario», dijo el DBK en su comunicado de prensa. El estilo de vida privado sólo es jurídicamente relevante «cuando se trata de conjurar graves perturbaciones y menoscabos de la integridad y credibilidad de la Iglesia».
Abandono de la iglesia y actividad antieclesiástica
Abandonar la iglesia - negarse a pagar los impuestos eclesiásticos - sigue siendo ilegal, al igual que la «actividad antieclesiástica». Además, el personal «que da forma al perfil católico de la institución en términos de contenido, comparte la responsabilidad de la misma y la representa ante el mundo exterior» debe ser católico debido a «su especial responsabilidad por la identidad católica de la institución».
El documento define el comportamiento antieclesiástico como «objetivamente idóneo en las circunstancias concretas» para «perjudicar la credibilidad de la Iglesia».
Esto incluye «la defensa pública de los principios fundamentales contrarios a la Iglesia católica (por ejemplo, la propagación del aborto o la xenofobia), la denigración de las creencias, ritos o costumbres católicas», así como «la propagación de convicciones religiosas e ideológicas que contradigan las creencias católicas durante el horario de trabajo o en un contexto oficial, especialmente la promoción de otras comunidades religiosas o ideológicas».
Está previsto que el nuevo reglamento se debata y apruebe en la próxima asamblea plenara del episcopado alemán que se celebrará el próximo otoño