(CNA/InfoCatólica) Hace cincuenta años, las vidas de dos heroicos católicos polacos se cruzaron en la archicatedral de San Juan, en el casco antiguo de Varsovia.
Una fotografía de ese día, 28 de mayo de 1972, muestra al cardenal Stefan Wyszyński estrechando las manos de Jerzy Popiełuszko entre las suyas durante la ordenación sacerdotal del joven de, en ese entonces, 24 años.
Hoy, ambos son beatos y sus retratos pueden verse en las iglesias de toda Polonia.
Les esperaba un gran sufrimiento, pero aquel día de primavera fue alegre. Wyszyński ordenó a un total de 31 nuevos sacerdotes: un número impresionante teniendo en cuenta las dificultades que sufrieron los católicos polacos bajo un régimen comunista que pretendía ahogar a la Iglesia.
El cardenal sólo habló brevemente en la ceremonia de ordenación. En su discurso, conservado por el Instytut Prymasowski Stefana Kardynała Wyszyńskiego, dijo a los nuevos sacerdotes que eran enviados a servir al Pueblo de Dios en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
«Rezamos», dijo Wyszyński, «al Espíritu Santo para que fortalezca esta labor en ellos, para que los nuevos sacerdotes confiesen la verdad de Dios con valentía, en sus palabras y en sus vidas, ante el Pueblo de Dios».
El padre Jerzy Popiełuszko efectivamente «confesó la verdad de Dios con valentía» y pagó por ello con su vida.
Después de que las autoridades comunistas declararan la ley marcial en 1981, celebró mensualmente «Misas por la Patria» en su iglesia del distrito de Żoliborz de Varsovia. Miles de personas asistían a ellas y sus desafiantes homilías eran transmitidas por Radio Europa Libre.
En 1982, la casa del sacerdote fue bombardeada. Un año más tarde, fue detenido por cargos falsos, pero fue liberado tras una protesta pública. Al año siguiente, eludió un «accidente de tráfico» diseñado para matarlo.
Pero el 19 de octubre de 1984, las autoridades finalmente lo atraparon. Regresaba a Varsovia tras celebrar una misa en Bydgoszcz cuando tres agentes del Servicio de Seguridad le hicieron señas para que se detuviera, fingiendo que su vehículo se había averiado.
Se dice que lo golpearon con una piedra hasta que murió, y luego ataron pesos a su cuerpo y lo arrojaron a un embalse.
Sus restos fueron recuperados el 30 de octubre, generando una ola de repulsa que minó lo poco que quedaba de la legitimidad del régimen.
Popiełuszko fue beatificado el 6 de junio de 2010, años antes de que el hombre que lo ordenó fuera declarado beato.
El cardenal Wyszyński dirigió la Iglesia polaca durante algunos de los momentos más difíciles de la era comunista. En 1953 estuvo bajo arresto domiciliario durante tres años tras negarse a subordinar la Iglesia al Estado.
Hoy en día se le conoce como el «Primado del Milenio» porque, como Primado de Polonia, supervisó un programa de preparación de nueve años que culminó con una celebración nacional del milenio del bautismo de Polonia en 1966.
También ayudó a conseguir la aprobación de Karol Wojtyła como arzobispo de Cracovia en 1964, lo que finalmente condujo a la elección de Wojtyła como Papa Juan Pablo II en 1978.
Wyszyński murió en 1981 de un cáncer abdominal, quizás por suerte no vivió para ver el destino del joven al que ordenó sacerdote.
Wyszyński fue beatificado el 12 de septiembre de 2021. Su memoria litúrgica se celebra por primera vez el 28 de mayo. Ese día no sólo es el aniversario de su muerte, sino también de la ordenación del padre Popiełuszko.
Justyna Galant, en Varsovia, contribuyó a este artículo.