(ACIPrensa/InfoCatólica) Un nuevo modelo de Barbie, de la marca de muñecas de la empresa Mattel, fue lanzado al mercado con mucha polémica recientemente: se trata de una Barbie transexual la cual, según explican sus mismos creadores a través de una nota de prensa, celebra a «una visionaria, cuyas increíbles contribuciones han ayudado a modelar e impactar en nuestra cultura».
La Barbie fue inspirada en Laverne Cox, transexual que se identifica a sí mismo como mujer y activista LGTB.
Siguiendo las líneas de lo usual, la muñeca puede adquirirse a través de internet, su costo es de 40 dólares e incluye varios cambios de ropa.
Esta iniciativa causó indignación en grandes grupos de personas y laicos de la Iglesia, entre ellos, Giuliana Caccia, líder profamilia y directora de Origen, Vanguardia y Cambio Cultural.
Caccia, en entrevista con ACI Prensa, afirmó que «todo este tipo de acciones como esta Barbie o el uso de un juguete para impulsar una agenda política es un sistema conocido y también perverso».
La razón de esto es que, aquellos que la ofrecen e impulsan, «usan como pretexto el adoctrinar a los niños para sus causas políticas, pero por otro lado también es una estafa porque ya se ha demostrado que los niños no tienen desarrollada esa conciencia política o ideológica que ellos pretenden», continúa explicando.
Pues, precisa, por naturaleza, los niños «van a tender a escoger, la mayoría, juguetes que vayan con la edad de su desarrollo emocional».
De modo que «lo más probable es que una Barbie transgénero no se venda, no será negocio, pero sí un instrumento político para una agenda. No va a ser un hit de ventas, ya se ha demostrado que eso no pasa».
La líder Profamilia lo compara con lo sucedido en Disney, cuando «se dijo que iban a tener personajes LGBTI (lesbianas, gays, transexuales, bisexuales e intersexuales) y las ventas cayeron radicalmente. Lo mismo pasa con cualquier empresa o marca que adopta este tipo de agenda».
Finalmente, Caccia asegura que «lo siguen haciendo porque detrás hay alguien que financia o respalda a las empresas para que den este tipo de pasos, más allá de si es negocio o no, que claramente no lo es».