(La Croix/InfoCatólica) Los monjes de la abadía de Saint Pierre (nombre oficial de Solesmes) eligieron a su nuevo abad el 17 de mayo.
El abad emérito Philippe Dupont, de 75 años, anunció después de la pasada Semana Santa su intención de abandonar el cargo, que ocupaba desde 1992.
El abad Geoffrey también sustituye al abad Philippe como presidente de la Congregación de monasterios benedictinos de Solesmes.
Una treintena de abadías afiliadas
Fundada en el siglo XI, Solesmes ha tenido una larga y notable historia. A partir de 1790, debido a la Revolución Francesa, la abadía quedó en ruinas, pero Dom Prosper Guéranger, liturgista de fama mundial, la refundó en 1833. Con la aprobación del Papa Gregorio XVI en 1837, se convirtió en la cabeza de la «Congregación Benedictina de Solesmes».
Unas 30 abadías en toda Europa, África, América del Norte y las Indias Occidentales forman ahora parte de la congregación.
El abad Geoffrey, natural de París, entró en la abadía a la edad de 20 años. «Sentí la llamada de Dios muy pronto, pero fue sobre todo cuando estaba en el instituto cuando me decidí», explicó en una entrevista en 2015.
Antes de unirse a su familia religiosa, tuvo que superar la oposición de su padre:
«El hecho de verme encerrado entre cuatro paredes y darse cuenta de que nunca tendría hijos fue duro para él».
Liturgia cuidada, influencia mundial
La abadía de Solesmes, que sigue la Regla de San Benito, es desde hace mucho tiempo un centro espiritual con influencia internacional.
Los monjes prestan especial atención a la belleza de la liturgia, utilizando el canto gregoriano para rezar los salmos en latín.
La abadía ha atraído a muchas personalidades conocidas a lo largo de los años, casi de los pintores Picasso y Braque, como escritores y poetas como Montherlant, Mauriac, y compositores como Debussy y Poulenc.
La comunidad se sostiene económicamente a través de su editorial, fundada en el siglo XIX.
La abadía también gestiona una casa de huéspedes de unas 35 habitaciones, restaurada hace unos años.