(Cope Religión/InfoCatólica) El prelado ha señalado que «urge cambiar el modelo económico a escala mundial» porque son«cifras que encogen el corazón».
Un millón de nuevos pobres más en el mundo cada 33 horas. A finales de 2022 habrá 236 millones de personas más que se habrán sumido en la pobreza extrema, según denuncia @OxfamIntermon. Cifras que encogen el corazón.
— Card. Juan José Omella (@OmellaCardenal) May 27, 2022
Urge cambiar el modelo económico a escala mundial.
Según la nota informativa emitida por Oxfam, Beneficiarse del sufrimiento se publica con motivo de la reunión del Foro Económico Mundial, el exclusivo encuentro de la élite mundial en Davos. Se trata del primero que se celebra de manera presencial desde el inicio de la pandemia de la COVID-19, durante la cual las fortunas de los milmillonarios se han incrementado de forma excepcional.
La directora ejecutiva de Oxfam Internacional, Gabriela Bucher, ha apuntado que los milmillonarios se reúnen en Davos para celebrar el extraordinario aumento de sus fortunas. Para ellos, la pandemia, y ahora el astronómico aumento de los precios de los alimentos y de la energía, han supuesto, sencillamente, un periodo de bonanza. Mientras, se ha producido un retroceso en los progresos logrados en las últimas décadas en la lucha contra la pobreza extrema. Millones de personas se enfrentan a un aumento abrumador del costo de vida».
Aumento en la riqueza de los milmillonarios durante la pandemia
La riqueza de los milmillonarios aumentó más durante los 24 primeros meses de la pandemia que durante los 23 años que transcurrieron entre 1987 y 2010. La riqueza total que actualmente acumulan los milmillonarios de todo el mundo equivale al 13,9 % del PIB mundial, habiéndose triplicado desde el año 2000, cuando suponía el 4,4 %.
💚La buena noticia es que hay dinero, pero está mal distribuido. Por eso hay que gravar a los milmillonarios💰. Así habría suficiente para abordar los problemas que está causando la desigualdad.#LaIgualdadEsElFuturo #DAVOShttps://t.co/qEetzBLqUd pic.twitter.com/5WKyWk0Swf
— Oxfam Intermón (@OxfamIntermon) May 25, 2022
«Las fortunas de los milmillonarios no han aumentado porque ahora sean más inteligentes o trabajen más duro. Las trabajadoras y trabajadores sí están trabajando más arduamente, pero por un salario más bajo y en peores condiciones. Las personas más ricas han manipulado el sistema con total impunidad durante décadas, y ahora están recogiendo los frutos. Se han embolsado una asombrosa parte de la riqueza mundial gracias a la privatización y los monopolios, aprovechando la desregulación y vulnerando los derechos de las personas trabajadoras mientras ocultan su dinero en paraísos fiscales, todo ello con la complicidad de los Gobiernos», subraya Bucher.
El nuevo estudio de Oxfam también revela que las empresas de los sectores energético, alimentario y farmacéutico (donde los monopolios son especialmente comunes) están logrando beneficios sin precedentes, a pesar de que los salarios de las personas trabajadoras apenas han aumentado y tienen que hacer frente al mayor repunte de precios en décadas, en plena pandemia de la COVID-19. Las fortunas de los milmillonarios de los sectores de la alimentación y la energía se han incrementado en 453 000 millones de dólares en los últimos dos años, lo que equivale a mil millones cada dos días. Cinco de las principales empresas energéticas se embolsan en conjunto 2 600 dólares en beneficios cada segundo. Por su parte, hay 62 nuevos milmillonarios en el sector de la alimentación.
👎La desigualdad provoca hambre, enfermedades, estrecheces… y los impuestos a la riqueza, especialmente a quienes se han lucrado con la pandemia, son la solución.
— Oxfam Intermón (@OxfamIntermon) May 25, 2022
🚸Hay muchos millones de vidas en juego. #LaIgualdadEsElFuturo #Davos #GanarConLaCrisishttps://t.co/qEetzBLqUd pic.twitter.com/JxS0Nj6aDN
Las Big Farm se forran
Las empresas farmacéuticas como Moderna y Pfizer se embolsan mil dólares en beneficios cada segundo gracias exclusivamente a su monopolio sobre la vacuna contra la COVID-19, a pesar de que para su desarrollo recibieron miles de millones de dólares de inversión pública. Estas empresas cobran a los Gobiernos por las vacunas hasta 24 veces más del costo potencial de producción de vacunas genéricas contra la COVID-19. El 87 % de las personas en países de renta baja sigue sin haber recibido la pauta completa de la vacuna.
Oxfam ha emitido una serie de recomendaciones a los Gobiernos para que adopten inmediatamente las siguientes medidas:
- Aplicar impuestos solidarios temporales sobre los ingresos extraordinarios de los milmillonarios durante la pandemia para financiar medidas de apoyo a las personas que se enfrentan al aumento de los precios de los alimentos y la energía, así como para financiar una recuperación justa y sostenible tras la pandemia. Argentina ha adoptado un aporte fiscal extraordinario a las grandes fortunas y actualmente está considerando introducir un impuesto sobre los beneficios extraordinarios del sector energético, así como gravar los activos no declarados y ocultos en el extranjero para sufragar la deuda con el FMI. Las personas más ricas han ocultado casi 8 billones de dólares en paraísos fiscales.
- Poner fin a esta crisis alentada por la maximización de beneficios introduciendo un impuesto temporal del 90% a los beneficios excesivos y extraordinarios de las grandes corporaciones que permitan capturar los beneficios «caídos del cielo» en todas las industrias y sectores. Oxfam estima que un impuesto de tales características aplicado a 32 corporaciones hubiera generado una recaudación adicional de 104 000 millones de dólares tan solo en 2020.
- Introducir impuestos permanentes sobre la riqueza para acotar la riqueza extrema y el poder monopolístico, así como las desorbitadas emisiones de carbono de los ricos. Un impuesto anual sobre el patrimonio (comenzando en tan solo un 2 % para las fortunas millonarias y llegando al 5 % en el caso de las milmillonarias) podría generar 2,52 billones de dólares cada año, suficiente para ayudar a salir de la pobreza a 2300 millones de personas, producir vacunas para todo el mundo y proporcionar servicios de salud y protección social universales a la población de los países de renta media-baja y baja.