(InfoCatólica) Salvador Ramos ha cometido una de las peores matanzas en la historia de EE.UU. Antes de asesinar a tiros a 19 niños y dos profesoras, dejó en estado crítico a su propia abuela, con la que vivía en la localidad de 18.000 habitantes, tras dispararla. También se ha conocido que fue alumno en la escuela y sufrió bullying de niño porque tenía dificultades para hablar y por la situación económica de su familia. Es probable que acumulara un odio mortal desde entonces, que ha estallado hoy.
En el suceso intervinieron agentes de la policía local, de la Patrulla Fronteriza de Texas y agencias federales como el FBI. El asesino se parapetó cuando llegaron los agentes e inició un tiroteo con ellos en el que finalmente resultó muerto.
Una alta funcionaria de del Departamento de Seguridad Nacional ha informado que los uniformados se interpusieron entre el atacante y los niños para protegerlos. Uno de los agentes resultó herido.
Según informa la policía del Estado de Texas, Ramos compró dos rifles de asalto el día de su decimooctavo cumpleaños.
El Arzobispo de San Antonio expresó su pesar por lo ocurrido en las redes sociales:
God have mercy on our children, their families, their communities. Darkness is dense with one more shooting in our country. Let us help one another to spark light and warmth. May we keep each other in company. Prayers are needed.
— Archbishop Gustavo (@ABishopGustavo) May 24, 2022
El 75% de los habitantes de Uvalde son hispanos, así como el 90% de los estudiantes de sus centros educativos.
Venta indiscriminada de armas
Lo ocurrido ha vuelto a reavivar el debate sobre la falta de regulación de la venta de armas de fuego en EE.UU, país cuya Constitución concede a los ciudadanos el derecho a tener ese tipo de armas.
Ayer mismo el presidente Joe Biden aseguró que «los fabricantes de armas se han pasado dos décadas comercializando agresivamente las armas de asalto, que son las que mayores beneficios les reportan». Y preguntó: «Por el amor de Dios, ¿cuándo vamos a enfrentarnos al lobby de las armas?».
Biden añadió:
«Estoy harto. Tenemos que actuar y no me digan que no podemos actuar contra estas carnicerías. Pasé mi carrera como senador y vicepresidente trabajando para aprobar leyes de armas con sentido común. No podemos evitar todas las tragedias, pero sabemos que funcionan y tienen un impacto positivo cuando aprobamos la prohibición de las armas de asalto. Los tiroteos masivos bajaron y cuando la ley expiró, se triplicaron. La idea de que un chico de 18 años pueda entrar en una tienda de armas y comprar dos armas de asalto es simplemente un error».