(Aica/InfoCatólica) En el marco de las fiestas de María Auxiliadora, especialmente sentida por los católicos en China, que la veneran como su patrona, el pontífice expresó que «vivo con atención y participación la vida y las vicisitudes de los fieles y pastores, a menudo complejas» y aseguró que reza por ellos cada día.
«Los invito a unirse a mí en esta oración, para que la Iglesia en China, en libertad y tranquilidad, pueda vivir en comunión efectiva con la Iglesia universal y ejercer su misión de anunciar el Evangelio a todos, ofreciendo así también una contribución positiva al progreso espiritual y material de la sociedad», añadió.
Asimismo, el Papa pidió un aplauso para Pauline Marie Jaricot, fundadora de la Obra de la Propagación de la Fe, cuya beatificación tendrá lugar esta tarde en Lyon. «Esta fiel laica, que vivió en la primera mitad del siglo XIX, fue una mujer valiente, atenta a los cambios de los tiempos con una visión universal de la misión de la Iglesia. Que su ejemplo suscite en todos el deseo de participar, con la oración y la caridad, en la difusión del Evangelio en el mundo».
Por último, en el saludar a quienes en Roma participaron del acto «Escojamos la vida», les agradeció por su compromiso en favor de la vida de la objeción de conciencia, cuyo ejercicio, observó, se intenta a menudo «limitar».
«Por desgracia, en los últimos años se produjo un cambio en la mentalidad común y hoy nos inclinamos cada vez más a pensar que la vida es un bien a nuestra total disposición, que podemos elegir manipular, hacer nacer o morir a nuestro antojo, como resultado exclusivo de una elección individual. Recordemos que la vida es un don de Dios», dijo el Santo Padre, que reiteró que la vida «siempre es sagrada e inviolable», y que «no podemos silenciar la voz de la conciencia»