(ACN/InfoCatólica) Hace 15 años, el papa Benedicto XVI instituyó la Jornada Mundial de Oración por la Iglesia en China, festividad celebrada el 24 de mayo cada año.
Esta fecha coincide con la fiesta de María Auxiliadora, advocación mariana patrona del país. Los fieles católicos asiáticos celebran la festividad con intensa devoción; antes de la pandemia por covid-19, acostumbraban visitar año tras año el santuario de María Auxiliadora ubicado en Sheshan, localidad cercana a Shanghái.
El papa Benedicto XVI instituyó la celebración mediante una carta firmada el domingo de Pentecostés del año 2007, la cual dirigió especialmente a «los obispos, a los presbíteros, a las personas consagradas y a los fieles laicos de la Iglesia católica en la República Popular China», e invitando a los fieles de todo el mundo a unirse cada 24 de mayo en oración por la Iglesia en China.
Lo que buscaba Ratzinger era incentivar la unidad entre las comunidades religiosas en el país, divididas en «oficial» y «clandestina», así como reforzar la comunión entre los católicos chinos y los fieles del resto del mundo. Por esto, absolutamente todos los fieles católicos están invitados a solidarizarse con China en este día.
Otra de las finalidades de la celebración es orar por la resistencia en la fe de los asiáticos, puesto que las restricciones hacia la proclamación libre y explícita de la fe por parte del gobierno comunista chino no paran de ir en aumento.
Desde los inicios de su pontificado, el Papa Francisco ha apoyado esta iniciativa.
«Os invito a acompañar con ferviente oración a los fieles cristianos en China, nuestros queridos hermanos y hermanas, a quienes llevo en lo más profundo de mi corazón. Que el Espíritu Santo, protagonista de la misión de la Iglesia en el mundo, los guíe y ayude a ser portadores de la buena nueva, testigos de bondad y caridad, constructores de justicia y paz en su patria. Os invito a acompañar con ferviente oración a los fieles cristianos en China, nuestros queridos hermanos y hermanas, a quienes llevo en lo más profundo de mi corazón. Que el Espíritu Santo, protagonista de la misión de la Iglesia en el mundo, los guíe y ayude a ser portadores de la buena nueva, testigos de bondad y caridad, constructores de justicia y paz en su patria», dijo el Santo Padre durante el rezo del Regina Caeli, el 23 de mayo de 2021.