(ElDiario/InfoCatólica) El pasado jueves 12 de mayo, el cardenal Baltazar Porras anunció el comienzo de un nuevo proceso a realizar para la causa de la santidad de Abraham Reyes y Patricia García de Reyes, los fundadores de Fe y Alegría, un movimiento educativo venezolano destinado a los niños y jóvenes en situaciones más vulnerables.
Actualmente, la red educativa Fe y Alegría se ubica en 454 puntos en pueblos y ciudades del país, y trabaja con más de 243.000 ciudadanos entre niños, jóvenes y adultos.
El anuncio fue dado desde la Iglesia de la Candelaria en Caracas, donde el cardenal resaltó: «Todos los venezolanos sintamos los caminos para servir. Por eso hoy es un día muy especial para todos nosotros en Venezuela, demos a conocer esta causa».
Abraham y Patricia Reyes fueron los misioneros venezolanos autores del movimiento educativo Fe y Alegría. Durante los inicios del proyecto, incluso contando con 7 hijos, donaron su casa para la construcción de la primera escuela.
A través de la cuenta de Twitter de la Arquidiócesis de Caracas, comparten un mensaje de su Director Nacional, S. J. Manuel Aristotena, quien afirma que «@FeyAlegriaVE se trata de uno de los movimientos de educación popular más grandes del mundo».
El cardenal Baltazar, comenta: «Abraham, con familia numerosa, ofrece una parte de su casa. Fue el inicio humilde de lo que fue Fe y Alegría. Junto con su mujer creó una familia que fue un templo de adoración y servicio. De gente sencilla es que surgen grandes obras. A través de la intercesión de la gente sencilla crece nuestra fe».
Abraham y Patricia Reyes: su recorrido
Manuel Aristomena, el actual director nacional de Fe y Alegría, compartió un poco del camino que atravesaron Abraham y Patricia Reyes para fundar la red educativa.
«Cuando ellos entregaron su casa, en el 23 de enero, estaba recién terminada. Tenían siete años de trabajo para construirla. Esperaban su séptimo hijo, quien nació un mes después de que entregaran la casa. Esa fue la primera casa de Fe y Alegría, uno de los movimientos educativos presente en 4 continentes. La buena semilla siempre da fruto», contó Aristomena.
El recorrido de su apostolado en la educación inició en el año 1995 cuando, durante una misa de 70 niños y niñas, el sacerdote quien la presidía habló sobre la importancia de expandir la labor formativa, para lo que se necesitaría un proceso de «educación sistemática».
Al término de la celebración, Abraham Reyes se acercó al sacerdote, proponiéndole: «Si usted quiere hacer una escuela, ponga las maestras que yo le regalo este local».
Según el relato que hasta la actualidad se mantiene, no fue fácil construir la casa, dado que en la zona no se disponía de agua por lo que, para su adquisición, debían transportarla en latas de manteca que los trabajadores y voluntarios llevaban sobre sus cabezas caminando desde el borde del cerro.
«Si me quedo la casa, será de mi mujer y los ocho hijos. Pero si la convertimos en escuela, será la casa de todos los niños del barrio», explicó Abraham al padre Vélaz.
El cardenal Porras destacó que Abraham y Patricia eran laicos de la Iglesia, al igual que José Gregorio Hernández, ahora beato.
También aclaró que la causa ahora está en manos de la Vicaría de la Santidad y, «una vez recabada la información, se envía a Roma para su aprobación. Conllevaría al título de Siervo de Dios».