(ACN/InfoCatólica) Los sacerdotes y la comunidad católica de Baoding piden oraciones por ellos y tratan de buscar noticias de su paradero. Los sacerdotes detenidos son sometidos al llamado «guanzhi», una técnica de represión llevada a cabo por las autoridades de China que consiste en restricciones de movilidad y actividades junto con sesiones políticas. El objetivo de este arresto sería la de obligar a los presbíteros a unirse a la Iglesia católica oficial, afiliarse a la Asociación Patriótica Católica China y someterse al Partido Comunista Chino.
Los sacerdotes detenidos son el padre Chen Hechao, detenido por representantes del gobierno el pasado mes de enero; P. Ji Fu Hou; P. Maligang; P. Yang Guanglin; P. Shang Mancang, arrestado en abril; P. Yang Jianwei y P. Zhang Chunguang (ver foto); P. Zhang Zhenquan; P. Yin Shuangxi y P. Zhang Shouxin.
Las leyes de China permiten el arresto en la forma de «guanzhi» durante un máximo de tres años sin que se presenten cargos. Sin embargo, los fieles temen por la vida de los sacerdotes. En casos anteriores, los sacerdotes y obispos secuestrados han sido encontrados muertos o en estado grave de salud.
La comunidad católica clandestina de Baoding es una de las más antiguas y numerosas de la Iglesia católica de China. Su obispo, Mons. Jaime Su Zhimin, lleva al menos 25 años en manos de la policía, después de haber pasado más de 40 años de trabajos forzados en la época de Mao Zedong. Los fieles de Baoding también piden oraciones por el prelado y por otro sacerdote, Liu Honggeng, que lleva siete años en prisión. La comunidad no oficial de Baoding se dividió después de que el vicario de Mons. Su, Francisco An Shuxin, decidiera unirse a la Iglesia oficial.