(Fides/InfoCatólica) Al comentar la próxima visita papal durante su homilía del Domingo de Ramos, el Patriarca ha señalado que esta visita «forma parte del compromiso de la Santa Sede para ayudar al Líbano a salir de su profunda crisis y mantenerlo en el sistema de naciones democráticas».
A este respecto, el cardenal Raï ha recordado las anteriores presencias papales en el País de los Cedros (la breve parada de Pablo VI en 1963 durante su viaje a la India, el viaje de Juan Pablo II en 1997 y el de Benedicto XVI en 2012). El actual obispo de Roma –ha indicado el patriarca maronita- también desearía que el Líbano estuviera en buenas condiciones con una clase política que pusiera el interés público por encima de todo.
Durante su homilía, el Patriarca maronita ha relacionado el anuncio de la próxima visita papal a suelo libanés con otras dos buenas noticias recientes relativas al Líbano: el acuerdo preliminar alcanzado por los dirigentes libaneses con los expertos del Fondo Monetario Internacional para hacer frente a la devastadora crisis económica en la que se ha sumido el país del Cedro, y el regreso a Beirut de los embajadores de Arabia Saudí y Kuwait, que habían sido retirados por sus respectivos gobiernos en 2021 durante una fase de tensiones diplomáticas entre el Líbano y los países del Golfo. Refiriéndose a esos países, el Patriarca ha subrayado que «el Líbano es su amigo fiel, y decenas de miles de libaneses trabajan allí, y contribuyen a su crecimiento y prosperidad con su experiencia, rendimiento y conocimientos».
En cuanto a las próximas elecciones parlamentarias libanesas, previstas para el 15 de mayo, el Patriarca ha remarcado que los comicios son una ocasión propicia para «marcar la diferencia entre el presente y el futuro», y ello será posible si de las urnas sale un Parlamento «que haga realidad el sueño del cambio y la voluntad del pueblo». Por ello, ha querido subrayar que todos los libaneses deben ejercer su derecho al voto, teniendo en cuenta que la participación en las elecciones parlamentarias es ahora más que nunca «una responsabilidad nacional, en circunstancias que exigen la renovación de la vida y de la clase política».