(InfoCatólica) El 22 de febrero los obispos polacos enviaron una corrección fraterna a los alemanes a cuenta de las preocupaciones sobre el desarrollo del Camino sinodal.
Los polacos pedían que no se apartasen del seno de la Iglesia:
«Fieles a la enseñanza de la Iglesia, no hay que ceder a la presión del mundo ni a los modelos de la cultura imperante. Evitemos la repetición de eslóganes manidos y reivindicaciones estándar como la abolición del celibato, el sacerdocio de las mujeres, la comunión de los divorciados vueltos a casar o la bendición de las parejas del mismo sexo»
Y que no sucumbiesen a la tentación de «confrontar constantemente las enseñanzas de Jesús con los avances actuales de la psicología y las ciencias sociales»
En lo que el Presidente de la Conferencia Episcopal de Alemania, Mons. Bätzing, balbucía excusas llegaba otra corrección fraterna, el 10 de marzo, la de todos los obispos nórdicos (Suecia, Finlandia, Noruega, Islandia y Dinamarca) que estaban reunidos en la localidad noruega de Tromsø.
Al igual que en la respuesta a los obispos polacos (25 de marzo), Bätzing ha querido responder a los obispos nórdicos de la misma manera, que todo tiene que ver con los abusos sin entrar en el fondo de las acusaciones de deriva doctrinal promovido por la Iglesia en Alemania.
En una carta publicada hoy martes 4 de abril, les dice que el proceso sinodal no presentaba riesgo de cisma sin ofrecer argumentos convincentes más allá de retruécanos. Afirmaba que el «Camino Sinodal» no buscaba crear un Sonderweg , un término históricamente cargado de significado que literalmente significa un camino especial, para una Iglesia alemana aislada de la Iglesia mundial:
«Me gustaría contrarrestar la preocupación de que los católicos en Alemania puedan descuidar su integración en la comunidad de la Iglesia universal o incluso tomar un camino especial para alejarse de esta comunidad.
En cambio, puedo asegurarles que en las deliberaciones y decisiones del Camino Sinodal se hace una diferenciación muy cuidadosa sobre qué cambios y reformas se pueden realizar en el marco de la responsabilidad diocesana de los miembros de la conferencia episcopal alemana y cuáles las preguntas, preocupaciones y deseos de reforma deben ser llevados al contexto de la Iglesia mundial, en particular al camino sinodal de la Iglesia mundial».
De este modo pretendía referirse a que hay cosas muy alemanas, que displicentemente considera que polacos y nórdicos no deben entender, y otros que ya se verán en el Sínodo sobre la sinodalidad.
Ante la insistencia de los obispos nórdicos en su carta sobre la «capitulación ante el Zeitgeist» y el «empobrecimiento del contenido de nuestra fe», en la que se referían explícitamente a que los participantes del Camino Sinodal votaron a favor de los proyectos de texto que pedían la abolición del celibato sacerdotal en la Iglesia latina, la ordenación de mujeres sacerdotes , bendiciones para personas del mismo sexo y cambios a la enseñanza católica sobre la homosexualidad. Monseñor Bätzing se ha limitado a decir que apreciaba las preocupaciones de los obispos, pero que sus «temores explícitos e implícitos no se corresponden con las deliberaciones, discusiones y decisiones reales de nuestro Camino Sinodal».
Y volviendo a «su tema» les dice el proceso siguió a una crisis de abusos que sacudió a la Iglesia en Alemania.
«A partir del hecho verdaderamente catastrófico y profundamente vergonzoso del abuso sexual y su encubrimiento en el seno de la Iglesia, los católicos alemanes están buscando nuevas formas de práctica de la Iglesia con mucho cuidado y un renovado compromiso teológico bien fundado. Todas estas reflexiones y deliberaciones tienen como fin dar cabida al Evangelio en la vida de la Iglesia, para poder volver a colaborar más libremente en la venida del Reino de Dios -añadió- y así sentar las bases para poder dar cuenta de la razón de nuestra esperanza a todos los que piden.»
El obispo Bätzing luego respondió al comentario de los obispos nórdicos de que los líderes de la Iglesia están «encomendados a abrazar como nuestro, con gratitud y reverencia, el depósito de fe íntegro transmitido a través de la Iglesia».
Y añadía que eso de los cambios no es lo que parece, que junto a las Escrituras, el Magisterio y la Tradición han introducido un nuevo 'lugar teológico': «los signos de los tiempos», pero que «preguntar por los signos de los tiempos no tiene nada que ver con seguir el espíritu de los tiempos»
De las votaciones sobre el celibato, el sacerdocio femenino, el cambio de la doctrina católica sobre la homosexualidad, etc, no dijo nada. Claro.