(ACIPrensa/InfoCatólica) El proyecto se trata de una iniciativa de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) junto a las Obras Misionales Pontificias (OMP) y en total serán ocho las personas enviadas: un grupo compuesto por cinco laicos, una religiosa y un sacerdote.
La Iglesia en Argentina, mediante la OMP, inició solicitando apoyo económico de los fieles para las recaudaciones necesarias para sostener a los misioneros en las ubicaciones a las que se les envíe y para las actividades de misión a realizar.
Respecto a los primeros enviados, tenemos a la hermana Mayra Monsalve y el padre Juan Manuel Ortiz de Rozas, quienes se dirigen al Vicariato de Puerto Maldonado, ubicado en la selva sur del Perú.
El día de hoy, 3 de abril, a las 10:00 a.m. se realizará la respectiva misa de envío, presidida por monseñor Alejandro Giorgi junto al padre Jerzy Faliszek, en la parroquia Santa María de Betania en el barrio Almagro de Buenos Aires.
El destino para el padre Juan Ortiz, de 43 años, será la comunidad de Mantaro, donde se espera construir una casa.
El padre Ortiz tiene un recorrido de 12 años como sacerdote en la Diócesis de San Isidro y ha participado como párroco en distintos barrios de Buenos Aires, desempeñando un papel activo en la Comisión Nacional de Drogadependencia y en la pastoral de Adicciones de la Diócesis.
Ha realizado múltiples misiones en distintas provincias, como Buenos Aires, Neuquén, Salta, Corrientes, Catamarca y Chubut.
En febrero del 2017, visitó y evangelizó en Yurimaguas, en la zona selva del Perú.
La hermana Mayra Monsalve, profesora en Ciencias Sagradas y próximamente enviada también a misionar a tierras peruanas, tiene 43 años de edad y es miembro de la Congregación de las Hermanas Terciarias Misioneras Franciscanas.
Ha trabajado en coordinación y animación de la Pastoral Educativa y fue participante del equipo de Animación Misionera en la congregación, del movimiento misionero Piedras Vivas donde se integraban niños, jóvenes y adultos en Chile, Buenos Aires, Villa María, Villa Nueva, Río Cuarto y Córdoba.
Asimismo, durante sus años de servicio, la hermana Monsalve ha realizado acompañamiento espiritual y asistencial a menores en centros de rehabilitación, así como talleres de espiritualidad y música junto a mujeres y adultos.
Además de la casa que se planea construir en Mantaro, se desea levantar otra en Chirumpiari, siendo así el presupuesto estimado de ambas construcciones de 40 mil dólares.
Los gastos de traslado y trámites migratorios de ambos misioneros han sido cubiertos por sus diócesis de origen.
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