(InfoCatólica) La semana pasada se anunció la partida de Nicaragua de Mons. Sommertag sin dar las razones del hecho. Posteriormente se supo que fue la dictadura de Daniel Ortega quien le obligó a abandonar la tierra nicaraguense.
Por medio de un comunicado de prensa, la Santa Sede ha manifestado que «ha recibido con sorpresa y dolor la comunicación de que el Gobierno de Nicaragua ha decidido retirar el beneplácito (agrément) a S.E. Mons. Waldemar Stanislaw Sommertag, Nuncio Apostólico en Managua desde 2018, imponiéndole que dejara inmediatamente el país después de notificarle esa medida».
En medio de la crisis política y social que atraviesa el país centroamericano, la Iglesia ha sido una de las principales entidades promotoras de justicia y paz. La última Navidad el episcopado había solicitado la liberación de prisión de más de 150 opositores al Primer Mandatario Daniel Ortega, incluidos siete aspirantes a las elecciones presidenciales que habían sido encarcelados en los últimos tres años.
En este contexto, el Nuncio Apostólico había jugado desde 2018 un rol de mediador en diversas instancias de diálogo entre los diversos actores involucrados en el conflicto nacional. Sin embargo, las conversaciones no prosperaron y las tensiones siguieron escalando, especialmente las desavenencias con el gobierno de Ortega, quien ostenta el poder desde 2007, y que en enero inició un cuarto mandato presidencial tras vencer en una farsa de elecciones en noviembre. Ese mismo mes, por medio de un decreto del Presidente, a monseñor Sommertag se le había quitado la calidad de «Decano del Cuerpo Diplomático».
Ante la expulsión del Nuncio, la Santa Sede manifestó que «tal disposición resulta incomprensible ya que, durante su misión, S.E. Mons. Sommertag ha trabajado incansablemente por el bien de la Iglesia y del pueblo nicaragüense, especialmente por los más vulnerables, buscando siempre favorecer las buenas relaciones entre la Sede Apostólica y las Autoridades de Nicaragua. Merece particular mención su participación como testigo y acompañante de la Mesa de Diálogo Nacional entre el Gobierno y la Oposición política, en vista de la reconciliación nacional y de la liberación de los presos políticos.
Convencida de que «esta grave e injustificada decisión unilateral no refleja los sentimientos del pueblo de Nicaragua, profundamente cristiano, la Santa Sede desea reafirmar su plena confianza en el Representante Pontificio», concluye el comunicado.