(Fides/InfoCatólica) Las ciudades de nueva construcción deberán incluir la construcción de una iglesia en el proyecto urbanístico y en los planes reguladores, aunque dicho lugar de culto cristiano sea atendido y utilizado por un número reducido de bautizados. Así lo reiteró el presidente egipcio, El-Sisi, en una reciente reunión mantenida con los miembros del gobierno responsables de las cuestiones relacionadas con los planes de urbanización masiva aplicados por los dirigentes políticos egipcios.
«Donde hay una mezquita», dijo el presidente egipcio, resumiendo los criterios que deben inspirar las decisiones operativas sobre el terreno, «debe haber también una iglesia. Y si a la iglesia que se va a construir van a asistir aunque sea solo 100 personas, hay que construirla igualmente. Así que nadie tendrá que reunirse en un piso y presentar esa casa particular como una iglesia».
El nuevo pronunciamiento presidencial ha suscitado comentarios positivos de los representantes de las Iglesias y comunidades eclesiales de Egipto. Entre otros, Andrea Zaki, presidente de la comunidad evangélica en Egipto, ha señalado que «la construcción de lugares de culto durante la era del presidente al Sisi ha adquirido importancia nacional, y no será olvidada en la historia del Egipto moderno».
En el programa de desarrollo urbano intensivo puesto en marcha en Egipto, cada nuevo distrito urbano construido según las directrices establecidas por las autoridades civiles tendrá también su propia iglesia, de acuerdo con el plan regulador. La intención declarada de las disposiciones presidenciales - como señalan los analistas políticos egipcios ya citados por la Agencia Fides - es garantizar que todos los ciudadanos, musulmanes y cristianos, puedan participar en las celebraciones, ritos y actividades de su comunidad de fe.
Las directrices que ahora promueven las autoridades políticas egipcias son importantes a la luz de los numerosos problemas y disputas que se han producido en el pasado en relación con la construcción de nuevas iglesias.
Hasta 2016, la construcción de nuevos lugares de culto cristianos seguía estando condicionada y, de hecho, obstaculizada por las llamadas «10 reglas» añadidas en 1934 a la legislación otomana por el Ministerio del Interior, que, entre otras cosas, prohibían la construcción de nuevas iglesias cerca de escuelas, canales, edificios gubernamentales, ferrocarriles y zonas residenciales. En muchos casos, la estricta aplicación de estas normas había impedido la construcción de iglesias en ciudades y pueblos habitados por cristianos, especialmente en las zonas rurales del Alto Egipto.
En las décadas que siguieron a la imposición de las «diez reglas», se construyeron muchas iglesias y capillas por todo Egipto de forma espontánea, sin los permisos necesarios. Hoy en día, estos edificios, erigidos por las comunidades cristianas locales sin permisos legales, de vez en cuando, son utilizados como pretexto por los alborotadores para fomentar la violencia sectaria.
La nueva ley sobre lugares de culto, ratificada por el Parlamento egipcio en agosto de 2016, ha permitido iniciar un proceso metódico de «legalización» de los lugares de culto cristianos construidos en el pasado sin los permisos necesarios. La comisión gubernamental creada a tal efecto se ha reunido en 20 ocasiones para dar su visto bueno en cada una de ellas a la regularización legal de iglesias y edificios que antes se consideraban total o parcialmente no autorizados por la ley. Hasta ahora, 1958 iglesias, edificios eclesiásticos y de servicios auxiliares construidos en el pasado sin los permisos necesarios han sido «regularizados» tras comprobar que cumplen las normas establecidas por la nueva ley sobre la construcción de lugares de culto.