(Kath.net/InfoCatólica) Mons. Ipolt declaró a kath.net:
«En el contexto del viaje sinodal en Alemania, siempre hemos subrayado que somos y queremos ser parte de la Iglesia universal. La carta de Polonia es una voz de la Iglesia universal. Primero deberíamos escucharla. En la carta, el arzobispo Gądecki habla de varias tentaciones a las que la Iglesia en su conjunto puede sucumbir. ¿Quién podría negar que estas tentaciones existen? Sé, por mi entorno más cercano, que la Iglesia en Polonia se enfrenta actualmente a retos similares a los que tenemos en Alemania. ¿Acaso la carta de Polonia no puede también hacer que nuestro camino sinodal sea consciente de las cuestiones que tal vez todavía parecen desvanecerse?»
Al mismo tiempo, el obispo Ipolt lamentó la crítica de la carta del episcopado polaco por parte del vicario general de Essen, Klaus Pfeffer:
«No puedo compartir las duras críticas de la carta. El propio papa Francisco ha hablado de este complejo de inferioridad que obstaculiza el celo misionero en todas partes. Ciertamente, creo que en Alemania vivimos actualmente un cristianismo más bien tímido cuyo resplandor -por diversas razones- se ve obstaculizado u oscurecido. Es necesario recuperar la alegría del Evangelio (Evangelii gaudium) y vivir la fe con una humilde confianza en uno mismo».
Ipolt también recordó a kath.net que «en las ciudades y pueblos de nuestro país... hay muchos cristianos católicos de Polonia. Por supuesto, también pertenecen a nuestras parroquias y han asumido en parte la responsabilidad en ellas. También en nuestro ordinariato, algunas mujeres del país vecino ya están trabajando y contribuyen así a la construcción de nuestra Iglesia local. Estoy agradecido por ello. El hecho de que ciertamente tengamos enfoques diferentes de la fe y de la Iglesia en algunos aspectos no debe restarle valor a nuestras buenas relaciones. Al fin y al cabo, pertenecemos a una sola iglesia».