(Agencias/InfoCatólica) El principal líder de la Iglesia greco-católica de Ucrania, el arzobispo mayor Sviatoslav Shevchuk, tenía previsto viajar a Italia, pero ha anulado la visita para seguir en Kiev. Según su portavoz, «se encuentra en la capital, en un refugio antiaéreo bajo la catedral de la Resurrección junto con muchas otras personas, pues la ciudad de Kiev está siendo bombardeada por el ejército ruso». La Iglesia de Ucrania solicita que se detenga esta «agresión injusta», dice que su prioridad «será, la cercanía a la población herida», y pide «solidaridad y apoyo».
Horas antes, en un dramático mensaje, Shevshuk aseguraba que Ucrania está defendiendo los valores europeos «a costa de la sangre de sus propios hijos», y que su país corre el peligro de ser «convertido en un campo de muerte».
Antes de salir de su residencia, el arzobispo mayor pudo comunicar a la agencia SIR cómo estaba evolucionando la situación en la ciudad y el país. «Esta noche, dijo, el ejército ruso atacó Ucrania. Desafortunadamente, el gobierno ruso ha elegido la guerra. Temprano en la mañana también escuchamos los bombardeos y explosiones en Kiev. Ya hay decenas de muertos. El ejército ucraniano no depone las armas y defiende nuestro país».
«Obviamente, muchos están en pánico pero hacemos todo lo posible para mantener a la población calmada y organizada», dijo el arzobispo Sviatoslav, quien confirmó la decisión de la iglesia ucraniana de no abandonar a su pueblo. Y sobre todo, de abrir iglesias y edificios a aquellos que necesitarán ayuda y apoyo en los días venideros.
«Nuestra Iglesia estará siempre con su pueblo», dijo Su Beatitud.
«Hemos tenido la experiencia de la guerra en el este de Ucrania durante 8 años. Trataremos de organizar bien la red de ayuda humanitaria, pondremos a disposición de la gente, en caso de emergencia, nuestras iglesias y los edificios que tenemos disponibles para salvar todas las vidas. Recordamos que nuestras iglesias ya se habían convertido en hospitales de campaña en los tiempos de la Revolución de la dignidad».
El arzobispo lanzó también un llamamiento: «Seguimos pidiendo a la comunidad internacional que se una a nosotros, que crea en Ucrania que hoy defiende la paz en Europa a costa de la sangre de sus propios hijos. Todo esfuerzo en todos los campos es muy importante».
Y agregó: «Esta mañana volví a hacer un llamamiento al pueblo ucraniano, pidiéndole que se ponga al servicio del otro, que sea solidario, que defienda nuestra patria. Somos un pueblo que ama la paz, no queremos hacer la guerra a nadie, no reclamamos el territorio de ningún otro país, pero estaremos preparados para defender nuestra casa común que es nuestra querida tierra ucraniana hasta el final»
Mensaje a sus compatriotas
Sviatoslav Shevchuk, dirigió un mensaje en el que anima a sus compatriotas «a defender su patria» de la agresión rusa y afirma que «el enemigo traicionero, a pesar de sus compromisos y garantías, violando las normas básicas del derecho internacional, como un agresor injusto, puso un pie en suelo ucraniano, trayendo consigo muerte y destrucción».
«Nuestra Ucrania, que el mundo llamó con razón “tierra de sangre”, empapada tantas veces con la sangre de los mártires y luchadores por la libertad y la independencia de su pueblo, nos llama hoy a defender nuestra patria, nuestra dignidad ante Dios y la humanidad, nuestro derecho a la existir y el derecho a decidir sobre su propio futuro», afirma en su mensaje el líder de los greco-catolicos.
El arzobispo Shevchuk enfatizó el deber de defender la tierra, la nación, el estado, la familia, el idioma, la cultura y la historia. «Somos un pueblo de paz que ama con amor cristiano a los niños de todas las naciones, independientemente de su origen o religión, nacionalidad o religión. ¡No violamos los derechos de otras personas y no amenazamos a nadie, pero no tenemos derecho a dar lo que es nuestro a nadie! En este momento histórico, la voz de nuestra conciencia nos llama a todos a defender un estado ucraniano libre, unido e independiente», escribió el arzobispo mayor.
Recordó también que la historia del siglo pasado enseña que todos los que iniciaron las guerras mundiales las perdieron, y los idólatras de la guerra solo trajeron destrucción y colapso a sus propios estados y naciones. Está convencido de que Dios dará la victoria a sus compatriotas injustamente agredidos.
«¡Nuestra Santa Iglesia mártir siempre estuvo, está y estará con su pueblo! Esta Iglesia, que ya experimentó la muerte y la resurrección, como Cuerpo de Cristo Resucitado, sobre el cual la muerte no tiene poder, el Señor la entregó a Su pueblo en las aguas bautismales del Dnipró. Desde entonces, la historia de nuestro pueblo y de su Iglesia, la historia de su lucha por la liberación, la historia de la encarnación del Verbo de Dios y la manifestación de su espíritu de verdad en nuestra cultura se entrelazaron para siempre. ¡Y en este momento dramático nuestra Iglesia, como madre y maestra, está y estará con sus hijos, los protegerá y los servirá en el Nombre de Dios!»
«¡Nuestra esperanza está en Dios y nuestra victoria será su regalo!», concluyó el arzobispo Szewczuk.