(Asia News/InfoCatólica) Hasta el momento las investigaciones han determinado que en la ciudad de Nongkhai, en la frontera con Laos, cerca de veinte niños fueron entregados a clientes extranjeros por una activa organización con sucursales en varias otras ciudades del país.
A pesar de que se aprobó una ley para combatir el fenómeno, solo en 2020 el Departamento de Investigaciones Especiales (DSI) confirmó que al menos 300 niños y recién nacidos fueron llevados ilegalmente fuera del país. Sin embargo, con la pandemia de Covid-19, los confinamientos y el consiguiente cierre de las fronteras, un gran número de niños nacidos de madres sustitutas fueron colocados en guarderías cómplices o incluso fundadas con este fin a la espera de ser enviados al exterior.
En el pasado reciente Tailandia ha desempeñado un papel clave en el sudeste asiático para las prácticas de gestación subrogada, que ahora se exportan a otros lugares. La policía denuncia desde hace mucho tiempo que hay organizaciones transnacionales involucradas en la promoción ilícita de la maternidad subrogada. Estas operan en varias regiones, comenzando por las del noreste, las más pobres y densamente pobladas, que están más cerca de las fronteras con Camboya, Laos y China. También se dice que los chinos serían los principales beneficiarios de este comercio.
A las mujeres que están dispuestas a llevar a cabo un embarazo por encargo se les ofrece medio millón de baht (unos 13 mil euros) por cada hijo nacido, cifra que aumenta en el caso de gemelos.
Desde que en 2015 se aprobó la Ley para la protección de los niños nacidos con técnicas de reproducción asistida (Protection of Children Born from Assisted Reproductive Technologies Act, ART Act), han nacido cerca de 500 niños de madres subrogadas que fueron transferidos a padres adoptivos. La ley permite la práctica sólo en caso de infertilidad comprobada de la madre, dentro de un limitado círculo parental, sin ningún intercambio de dinero, con mujeres que ya tienen hijos y con el consentimiento del marido. Sin embargo, la demanda de madres de alquiler residentes en Tailandia sigue siendo alta. Esta situación de persistente ilegalidad, fuerte demanda y la necesidad de muchas mujeres de buscar fuentes de ingresos legales están llevando a replantear la finalidad y los límites de la ley: dentro de un par de meses podría haber una revisión que suponga la flexibilización de los aspectos más restrictivos y una reapertura a las solicitudes del exterior a través de los canales legales.