(Vatican.news/InfoCatólica) Desde la Basílica Menor de San Francisco en la ciudad de La Paz, el Secretario General de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), Monseñor Giovani Arana, lamentó los casos de irregularidad judicial que han salido a luz «ocasionados por un sistema de justicia que no necesariamente beneficia a las víctimas sino a los malhechores», afirmó a tiempo de reflexionar que «todos sabemos que esto requiere de un cambio urgente, que toque todo el sistema de judicial eligiendo especialmente a gestores de justicia que sean idóneos, trasparentes y no serviles al poder».
La justicia en Bolivia está siendo fue cuestionada al conocerse de varios casos de liberación de asesinos de mujeres que habían sido condenados por sus crímenes.
Poner la confianza en Dios
En su homilía, Mons. Arana señaló que, en medio de realidades de injusticia, pobreza y llanto, «Jesús nos llama a ser promotores de cambio», exhortando a todas las personas a vivir confiados en Dios para alcanzar la felicidad plena. Asimismo, el Prelado dijo que, el estribillo del Salmo responsorial que nos propone la liturgia de hoy, nos invita a poner la confianza en Dios no significa desentendernos de la realidad en que vivimos, menos significa resignación frente a situaciones de dolor o de sufrimiento. Confiar en Dios significa dejarse conducir por los caminos que Él me diga que debo recorrer, significa vivir una vida de acuerdo a lo que Él nos pide.
Vivir una fe coherente
Comentando la primera lectura, el prelado dijo que, es importante vivir una fe coherente, la fe que profesamos en Dios, en Cristo resucitado debe envolver toda nuestra existencia, debe guiar nuestra forma de pensar, nuestra forma de actuar, nuestra forma de ver y enfrentar las diferentes situaciones de la vida. Cuidado que podemos caer en una incoherencia de fe, por eso san Pablo en la segunda lectura, en esta carta dirigida a los cristianos de Corinto dirá: «Si se anuncia que Cristo resucitó de entre los muertos, ¿cómo algunos de ustedes afirman que los muertos no resucitan?», el que da sentido a nuestra fe en la resurrección es Cristo, quien murió por la salvación de todo aquel que lo acoja con fe.
La injusticia causa pobreza
Finalmente, comentando el Evangelio del domingo, Mons. Arana señaló que, Jesús es claro cuando dice: «¡Felices ustedes, los pobres, los que ahora tienen hambre, los que ahora lloran» y también habla de quienes son excluidos e insultados «a causa del Hijo del hombre», todas estas realidades de injusticia a las cuales uno se somete, no porque así lo desee sino porque muchas veces es obligado a causa del sistema económico y social que vivimos, la pobreza no es causada ni deseada por el pobre sino por la injusticia de quienes acaparan más de lo necesario y son incapaces de compartir, el hambre existe en el mundo porque todavía hay gente que se da banquetes y desperdicia comida, el llanto existe porque aún hay gente que hace daño a otros, pensemos por ejemplo en los caso de violencia o de injusticia que estamos viviendo en nuestro país y la persecución de cristianos es una realidad dolorosa porque algunos llevados por ideologías y fanatismos los siguen persiguiendo o insultado. Jesús quiere denunciar todo eso y nos llama a nosotros para que seamos promotores del cambio, que a partir de nuestra opción de discípulos de Jesús seamos capaces de cambiar todo esto, porque de nada sirve que nos llenemos la boca de lindas reflexiones teológicas sobre las bienaventuranzas sino nos somos capaces de hacerla parte de nuestro proyecto de vida.