(ACN/InfoCatólica) El pasado sábado 5 de febrero una iglesia católica fue atacada por radicales hinduistas, lugar que servía como centro de oración para más de 30 familias cristianas de la zona y compartía otros proyectos sociales, como una guardería. El nombre de este centro era Santa Cruz de San Antonio y se hallaba ubicado en Urandady Gudde-Panjimogaru, la diócesis de Mangaluru, al sur de la India en el estado de Karnataka.
El ataque iba precedido por una denuncia que presentaron los hinduistas ante el estado, argumentando que la construcción del centro católico hace 40 años era ilícita y solicitando su demolición, informa la agencia Fides.
El 14 de febrero sería llevado a cabo el juicio del caso, sin embargo, no aguardaron hasta la correspondiente fecha, y embistieron violentamente el centro con un bulldozer, a pesar de la orden emitida por el Comisario Adjunto del distrito de Dakshina Kannada, K. V. Rajendra, la cual prohibía el acceso de toda persona al recinto antes de la fecha del juicio.
Varios miembros del equipo directivo de la iglesia denunciaron en medios locales: «Este acto va contra la ley, es un abuso de poder y una violación de una orden clara emitida por el Tribunal». Dirigidos por su presidente, Anthony Prakash Lobo, presentaron la correspondiente denuncia a la policía por la demolición, la cual se realizó del todo «sin ninguna justificación legal», y aseguran que van a luchar hasta conseguir justicia.
Tras el ataque, el lugar fue visitado y evaluado por el excongresista estatal J. R. Lobo, el responsable de Relaciones Públicas de la diócesis de Mangaluru, Roy Castelino; el comisario asistente de Policía Mahesh Kumar y los líderes comunitarios Stany Alvares y Lawrence D’Souza.
Puede relacionarse este suceso con aquellos ocurridos en septiembre del año pasado en el estado de Madhya Pradesh, donde miembros de la organización radical hinduista Vishwa Hindu Parishad (VHP, Consejo Hindú Mundial), alegando que eran construcciones no legales, dio un ultimátum al Gobierno estatal, del partido nacionalista BJP, donde se exigía la demolición de todos los centros religiosos cristianos de áreas tribales antes del 26 del mismo mes.
Sin embargo, la amenaza se dio a conocer públicamente, lo que impidió a las autoridades permitir dicha orden. A pesar de esto, se iniciaron diversas investigaciones a líderes religiosos como pastores y sacerdotes, en base a una lista dada por el VHP, los cuales eran acusados de promover conversiones de forma ilícita a través de incentivos.
Estas acusaciones no se han detenido. Uno de los casos más conocidos es el de las Franciscanas Hermanas del Inmaculado Corazón de María, luego de que una joven de 17 años se suicidara en uno de sus centros de acogida en Thanjavur el 19 de enero en el estado de Tamil Nadu.
La madre de la joven había fallecido 8 años atrás y, posteriormente, pasó a vivir con su madrastra, con quien tenía muchos problemas. Sin embargo, se valieron de un video de hace 2 años en el que la chica contaba que no había deseado hacerse cristiana, el cual utilizaron para detener a la responsable de su evangelización, la hermana Sahaya Mary, quien recientemente ha sido dejada en libertad bajo fianza.
Asimismo, los radicales hinduistas no se limitan a realizar graves acusaciones, sino que acompañan dichas acciones con ataques violentos hacia los cristianos. En 2021, se registraron 486 denuncias sobre acciones de violencia y odio, según informa el Foro de Cristianos Unidos (United Christian Forum, UCF), lo cual supone más de un ataque diario.