(Katolisch/InfoCatólica) El cardenal luxemburgués Jean-Claude Hollerich aconseja a su hermano de Colonia Rainer Maria Woelki que dimita. «Parece que ya no es bienvenido en su diócesis por una gran mayoría», dijo el arzobispo a la Agencia Católica de Noticias (KNA) de Berlín en una entrevista distribuida el martes. «Si me ocurriera esto, presentaría mi dimisión».
Es cierto que el cardenal Woelki no ha sido encontrado culpable de ocultar casos de abusos, sino que, al contrario, ha trabajado intensamente en ello: «pero tuvo una política de comunicación muy pobre».
Conoce y aprecia a Woelki, añadió Hollerich: «El cardenal Woelki es un buen cristiano, y seguramente encontrará el camino correcto para él». Si estuviera en la situación, «iría a una parroquia en algún lugar. Una comunidad de estudiantes, por ejemplo. Como cristiano, no tengo que estar arriba para vivir mi fe».
Críticas al informe no publicado
Hollerich, que también es presidente de la Conferencia de Conferencias Episcopales de la Unión Europea, Comece, criticó a Woelki por no publicar el primer informe sobre abusos que había encargado: «No se puede hacer eso en la era digital». Woelki justificó su decisión por las «deficiencias metodológicas» de la investigación y encargó un nuevo informe.
El arzobispo luxemburgués también calificó de «difícil» el hecho de que los costes de los peritajes superen los pagos a los afectados: «Entonces algo falla». Según la archidiócesis de Colonia, Woelki ha gastado alrededor de 2,8 millones de euros entre 2019 y 2021 en expertos, abogados de medios de comunicación y consultores de comunicación en el curso de llegar a un acuerdo sobre los abusos. Desde 2010 se han pagado unos 1,5 millones de euros a las víctimas en reconocimiento de su sufrimiento. El actual administrador interino de la archidiócesis, el obispo auxiliar Rolf Steinhäuser, hizo que se revisaran las adjudicaciones de los contratos, ya que los comités eclesiásticos podrían haber sido ignorados en el proceso.
Llama poderosamente la atención el silencio del cardenal luxemburgués ante los evidentes indicios de mala actuación en casos de abusos en otros prelados alemanes, como es el caso de Mons. Bätzing y el cardenal Marx, quien presentó una renuncia que le fue rechazada por el Papa pero ha vuelto a ser señalado en el reciente informe sobre casos de abusos en la archidiócesis de Múnich.