(Vatican.news/InfoCatólica) En un mensaje donde las considera vitales para la vida de la Iglesia, el Papa Francisco exhorta a las religiosas a «seguir trabajando y hacer incidencia con los pobres, con los marginados, con todos los que están esclavizados por los traficantes».
El Papa reconoce que son muchas veces injustamente tratadas (incluso dentro de la Iglesia), mas las anima a seguir con sus obras apostólicas y pide rezar para que sigan encontrando nuevas respuestas frente a los desafíos del tiempo actual.
En esta edición, que contó con el apoyo y la colaboración de la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG), que reúne más de 1900 congregaciones religiosas, Francisco reivindica el papel de las mujeres que se dedican a la vida consagrada y su mensaje es contundente: «¿Qué sería la Iglesia sin las religiosas y laicas consagradas? No se puede entender la Iglesia sin ellas.»
Según las estadísticas que publicó la agencia Fides en el 2021, hay más de 630 mil mujeres religiosas en todo el mundo.
Opción preferencial por los pobres y marginados
En sintonía con el mensaje que ha reiterado en innumerables ocasiones a lo largo de su pontificado, Francisco les pide a las mujeres y religiosas consagradas que centren su labor apostólica haciendo «incidencia con los pobres, con los marginados, con todos los que están esclavizados por los traficantes».
El Video del Papa de este mes, con videos y fotografías, relata su compromiso en el terreno: en medio de los pueblos indígenas, junto a los niños en situación de calle, en los pueblos donde faltan alimentos y medicamentos, entre los migrantes y los desempleados, junto a las víctimas de la trata. Sin olvidar su gran aporte intelectual y civil: las religiosas y consagradas enseñan en las universidades, participan en las cumbres internacionales sobre el medio ambiente e intentan mediar en las crisis políticas.
Las religiosas y consagradas en la vida de la Iglesia
En el Video del Papa, Francisco también reconoce que, algunas veces, las mujeres religiosas son «injustamente tratadas, incluso dentro de la Iglesia». Por eso las llama a luchar contra ello y a no desanimarse; les pide que sigan mostrando «la belleza del amor y la compasión de Dios como catequistas, teólogas, acompañantes espirituales», y «a través de las obras apostólicas que realizan.»
Sor Jolanta Kafka, Presidenta de la UISG, comentó a propósito del Video del Papa:
«Nos sentimos, como religiosas, muy animadas y llamadas por el Papa Francisco, tanto en nuestra vida comunitaria como en los retos que hoy tenemos en la misión. Unimos a la invitación a rezar por las religiosas y consagradas del mundo con la oración por todas las mujeres, los hombres, los niños y especialmente los jóvenes que encontramos cada día en el ministerio. Con ellos compartimos el dinamismo de la vocación a la que estamos llamados, para participar de la alegría del Evangelio y la esperanza en un mundo donde todos somos hermanos. Como UISG sentimos la responsabilidad de responder a las palabras del Papa Francisco para continuar con valentía y alegría en nuestra misión de testimoniar la belleza de la consagración: entregarse totalmente por el Reino a ejemplo de Jesús».
Por su parte, el P. Frédéric Fornos S.J., Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, agregó: «Es incalculable el valor que aportan los cientos de miles de mujeres religiosas y consagradas a la vida y a la misión de la Iglesia a través del mundo. Hice toda mi formación con religiosas y he trabajado con muchas de ellas, así como consagradas, en propuestas pastorales, educativas o sociales para responder a los desafíos del mundo de hoy. Forman parte de mis mejores experiencias en la misión. También hice mi formación con numerosos laicos y laicas, entregados con generosidad en la misión, sin embargo, es muy diferente trabajar con religiosas con las cuales comparto, como Jesuita, un estilo de vida y un sentir común al servicio del Evangelio y la promoción de la justicia del Reino de Dios. Sin contar que muchas religiosas me formaron también en teología, biblia, o contribuyeron a mi formación como acompañante espiritual. Este mes es una buena ocasión, para todos nosotros, conocerlas mejor en su diversidad y descubrir su aporte a la misión de la Iglesia y a los desafíos de nuestro tiempo».