(InfoCatólica) Mons. Munilla, obispo electo de Orihuela-Alicante, y Administrador Apostólico de la diócesis de San Sebastián ofició en la Catedral de San Sabastián la misa por la festividad de su patrón.
En la homilía, aprovechando la biografía del santo, recordó las palabras de Jesús sobre la persecución de los cristianos a manos de las autoridades incidiendo en la persecución del poder contra la vida y a familia.
Lo ilustró con la reciente aprobación de la eutanasia en España que llega a presentar el suicidio como un derecho y la ocurrencia del presidente francés, Emmanuel Macron, que propone introducir el aborto en la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión.
Extracto de la homilía de Mons. Munilla
Ayer mismo el presidente de Francia, Macrón, en un discurso pronunciado en el parlamento en Estrasburgo propugnó públicamente ni más ni menos la incorporación del 'derecho al aborto en la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea'
Fijaros bien lo que supone esa petición. Es obvio que esa petición navega en lo que es la ideología del momento, en una especie de pensamiento único que es introducido a través de los medios de comunicación y a través de también las leyes y todas las iniciativas legislativas
Si el aborto fuese introducido como derecho en la Carta de los Derechos Fundamentales de Europa, pues, obviamente, habría muchos países que tendrían que elegir entre ser europeo o traicionar sus propias sus propios valores. Y que muchos ciudadanos de Europa nos plantearíamos si nos sentimos incluidos en un proyecto que nació precisamente fundado o inspirado, en unas raíces cristianas.
Estamos pues en un momento muy delicado, en el que la desprotección de la vida concebida y no nacida se califica como un derecho, en el que incluso se afirma que pueda ser un delito el que alguien rece y ore por la vida ante un lugar en el que las vidas inocentes son sacrificadas. Que pueda ser un delito el orar por la protección de la vida
Sí, sé que es contracultural lo que estoy diciendo, pero pienso que si la Iglesia calla gritarían las piedras. Jesús ha venido para ser sal de la tierra no azúcar del mundo. La vida es un don que nos supera. Los santos han venido y los mártires han venido para decirnos que ese don de la vida que ellos han dado no lo han despreciado, sino que hay un valor superior que es la Vida Sagrada que es el que funda el valor de la vida.
Decía Chesterton una expresión que yo creo que tiene máxima actualidad. Decía «quitad lo sobrenatural y no os vais a encontrar con lo natural sino con lo antinatural», qué es lo que acontece a nuestros días; cuando hemos roto con nuestras raíces cristianas al final no descubrimos el propio valor de lo natural de la vida, de su dignidad.
La inspiración cristiana nos ayuda a valorar el don de la vida de una manera diferenciada. Valoramos la vida vegetal, valoramos la vida animal, valoramos los ecosistemas, la importancia del equilibrio ecológico, pero entendemos que en este equilibrio ecológico el valor supremo es el hombre. El hombre, la vida humana, la que ha sido creada a imagen y semejanza de Dios.
Le pido yo a nuestro santo patrono, San Sebastián, que en este año tan especial su afirmación tan contracultural. Fue contracultural lo que hizo Sebastián hace 1800 años. Fue muy contracultural en aquel tiempo del Imperio Romano. Que nos de valor nos de valor para confesar el don de la vida, que nos haga creer en los principios por encima de los vaivenes culturales, ideológicos, que no sea la ideología, las ideologías políticas que hoy vienen y mañana van, las que configuren nuestros valores. Sino que sean los principios eternos los principios que son los mismos ayer hoy y siempre: la dignidad de la vida tal y como ha sido creada por Dios.
Mons. Argüello en Twitter
Con la concisión a la que obliga Twitter, el Secretario y Portavoz de la Conferencia Episcopal también ha puesto de manifiesto la incoherencia de la propuesta de Macron.
Macron propone añadir a la Carta de derechos fundamentales el derecho al aborto y la protección del medio ambiente. ¿Puede haber una contradicción mayor: cuidar animales y plantas y desproteger la vida humana más indefensa?
— Mons. Luis Argüello (@MonsArguello) January 21, 2022