(InfoCatólica/Diócesis de Bragança) La diócesis de Bragança-Miranda cuenta con tres nuevas ermitañas, dos portuguesas y una española, una forma de Vida Consagrada que regresa a su territorio y que la Iglesia local acoge «con sorpresa y alegría».
«Este renacer de la vida eremita entre nosotros, aquí en la diócesis –también ya existía y tenemos muchos ejemplos, muchos testimonios históricos y arqueológicos, incluso–, hoy tiene el sentido de un redescubrimiento de esta espiritualidad del silencio, de la soledad, del encuentro en una vida más profunda con Dios», dice D. José Cordeiro, administrador diocesano, en declaraciones enviadas por la Secretaría de Comunicaciones Sociales de la Diócesis de Bragança-Miranda.
De este modo, además de los Institutos de Vida Consagrada y Congregaciones, femenino (6) y masculino (2), así como la reciente fundación del Monasterio Trapense de Santa Maria Mãe da Igreja, con 10 religiosas, en Palaçoulo (Miranda do Douro), la diócesis de Trás-os-Montes cuenta ahora con la presencia de tres ermitañas.
«Son tres mujeres (de nacionalidad portuguesa y española) que, abrazando el silencio y la soledad, encarnan en su vida cotidiana la llamada personal que cada una recibió dentro del estilo de vida del ermitaño y que las distingue», señala la nota de prensa. .
Esta vocación se asume como compromiso en la Regla de Vida que cada una concibe en respuesta a esta llamada y que firma el día en que se establece la ermita en la que habitará, durante la Eucaristía allí celebrada».
Las ermitañas viven en espacios propios (con capilla y presencia del Santísimo), donde se dedican a la oración, adoración, alabanza e intercesión por toda la Iglesia y por el mundo.
Una de las Ermitas (Ermita Diocesana de Nossa Senhora da Esperança) se encuentra en Freixiel, en el Municipio de Vila Flor; los otros dos (Ermita del Sagrado Corazón de Jesús y Ermita Diocesana de Nossa Senhora do Rosário que comenzó en S. Pedro da Silva), están ubicados en la parroquia de Palaçoulo, Municipio de Miranda do Douro.
El Catecismo de la Iglesia Católica dedica dos números a la vida del ermitaño (920-921), subrayando la manifestación del «aspecto interior del misterio de la Iglesia que es la intimidad personal con Cristo».
Monseñor José Cordeiro, presidente de la Comisión Episcopal de Liturgia y Espiritualidad, destaca que esto «es una vocación, es un don de Dios, una gracia».
«Hoy en día, más y más personas buscan la vida del ermitaño. Para que os hagáis una idea, en Italia hay más de 300 ermitaños diocesanos, y en Francia hay más de 500. Incluso hay una tesis que estudia la vida del ermitaño en el mundo y creo que en este momento ya hay más de 20 mil ermitaños en todo el mundo», agrega.
Monseñor Cordeiro destaca que «ser un ermitaño diocesano es tener esa perspectiva amplia de la eclesialidad, de la eclesiología de comunión, de la misión».
El administrador diocesano de Bragança-Miranda presidió los votos perpetuos de la primera ermitaña diocesana el 13 de mayo de 2021 y los de la segunda el 15 de enero de 2022, celebraciones que tuvieron lugar en las respectivas iglesias parroquiales, en presencia de los fieles y sacerdotes. .