(Gaudium Press/InfoCatólica) Se le ha llamado la «máquina del fango», la «máquina del lodo» contra el Papa emérito Benedicto XVI. En España tiene un nombre un poco más mal sonante: «ventilador de mierda». Ese mediático aparato que se re-enciende cada poco para intentar ensuciar su figura, con lo que en América de habla hispana se denominan gráficamente ‘refritos’, es decir, temas que ya habían sido levantados en otros tiempos y suficientemente aclarados.
Es lo que ocurrió en días recientes, con el semanario Die Zeit y repercusión en la midia mundial, que ha vuelto a sacar el tema de que Benedicto, cuando era Arzobispo de Munich por vuelta de 1980, había encubierto a un sacerdote pedófilo. Como es lógico la pseudo-información fue recogida y difundida por los de siempre.
El asunto ya había estuvo bajo el foco y la resonancia mediática en marzo de 2010, cuando quedó claro que el «padre H», acusado de abuso de un menor, sí había sido transferido de la diócesis de Essen a la de Munich con la venia de Benedicto, pero para seguir una terapia y con la prohibición de ejercer oficios pastorales. El visto bueno de Benedicto se limitaba a la aceptación de la transferencia para el tratamiento del P. Hullermann, pero no para que se le concediera ningún encargo pastoral.
Como detalla la agencia Gaudium Press, resulta que al P. Hullermann si se le terminó dando una labor de asistencia en una parroquia regentada por el vicario general de la arquidiócesis de Munich, el P. Gerhard Gruber. Sin embargo, el P. Gruner admitió que la responsabilidad de ese «grave error» al conferir ese encargo fue solo de él, y no de Benedicto.
No obstante parece que los redactores de Die Zeit no consultan mucho el pasado, pues no sabían que todo eso ya fue aclarado en el 2010 tras una publicación sobre el tema de Der Spiegel.