(Fides/InfoCatólica) La nueva Congregación estaba formada por 13 cardenales, dos prelados y un secretario, Francesco Ingoli, que se reunieron para la primera sesión el 14 de enero en la casa del primer prefecto, Antonio Sauli. Entre las decisiones inmediatas estuvo la de escribir una carta a los Nuncios Apostólicos para comunicar la noticia del nacimiento de la nueva Congregación y para pedirles un informe sobre la situación de la religión en sus territorios con el fin de propagar los medios adecuados para la difusión de la fe.
A tres cardenales, Bandini, Millini y Ubaldini, se les confió la tarea de preparar la Bula para la erección canónica de la Congregación. El 22 de junio de 1622 el Papa Gregorio XV publicó la Bula «Inscrutabili divinae Providentiae arcano», en la que partiendo de la salvación del mundo operada por Dios mediante el sacrificio de su único hijo, afirmaba que era «un deber que nosotros pongamos en marcha todos nuestros medios, todos nuestros esfuerzos, para llevar las almas a Cristo» (W. Henkel, OMI, en Diccionario de Misiología).
La tarea de la nueva Congregación era, por tanto, atender la actividad misionera de la Iglesia, en el viejo y en el nuevo mundo, con fines eminentemente espirituales, abandonando la práctica misionera nociva seguida hasta entonces por los mecenazgos coloniales de las potencias europeas y superando las tendencias particularistas de la acción misionera de las órdenes religiosas. También se reconoció a la Congregación el poder de decisión necesario para asegurar celeridad y eficacia en el gran compromiso evangelizador. El Papa Urbano VIII fundó en 1627 el Colegio Urbano de Propaganda Fide, para la formación del clero secular para las misiones, y la Imprenta Políglota, para imprimir documentos y textos en los diferentes idiomas de los pueblos.
Durante los últimos 400 años, diversas intervenciones del Magisterio han definido aún más las tareas y la organización del Dicasterio Misionero, que hoy se denomina «Congregación para la Evangelización de los Pueblos», manteniendo inalterados sus objetivos fundamentales y adaptándolos a la evolución de la situación histórica, social y cultural.
La Constitución Apostólica «Pastor bonus» de Juan Pablo II confirmó el principio general de la jurisdicción enunciado por el Concilio Vaticano II ( Ad gentes, 29), que dice: «Es tarea de la Congregación dirigir y coordinar en todo el mundo la obra misma de la evangelización de los pueblos y la cooperación misionera» (85). Entre los principales objetivos del Dicasterio Misionero están asegurar una adecuada distribución de misioneros; cuidar la formación del clero secular y los catequistas; y encomendar la evangelización de los territorios de misión a institutos, sociedades religiosas o iglesias particulares.
Según estadísticas recientes publicadas con motivo de la Jornada Mundial de las Misiones del 24 de octubre de 2021, existen hoy 1.117 circunscripciones eclesiásticas dependientes de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, la mayoría de ellas ubicadas en África (517) y en Asia (483), seguidas de América (71) y Oceanía (46). Con el término circunscripciones eclesiásticas se abarcan archidiócesis, diócesis, abadías territoriales, vicariatos apostólicos, prefecturas apostólicas, misiones sui juris, prelaturas territoriales, administraciones apostólicas y ordinariatos militares.