(Fides/InfoCatólica) El prelado explica cómo están las cosas:
«La situación en las regiones anglófonas sigue siendo muy tensa. Según los observadores, los ‘Amba Boys’ (los grupos independentistas, ed.) están intensificando los ataques a los militares. Esto provoca una reacción violenta del ejército, pero también afecta a la población civil.
Recientemente, por ejemplo, grupos armados colocaron una bomba cerca de un centro del ejército, que destruyó el edificio y mató a algunos de los soldados. En respuesta, prendieron fuego a las casas de los alrededores, lo que provocó la muerte de los militares y al menos dos de los civiles, así como la destrucción total de varias viviendas».
El Arzobispo continúa:
«No ha habido ningún progreso en los últimos tiempos. Ahora es un periodo lleno de actividad, a todos los niveles, y esperamos que después de las vacaciones de Navidad podamos retomar el proceso de encuentro y diálogo. En cuanto a la situación general, tras señalar que los atentados han aumentado en número e intensidad, hay que decir que, desde el punto de vista social, la vida sigue: la gente ha aprendido a vivir con este absurdo estado de cosas y a salir adelante. Los comercios, las oficinas y los transportes siguen funcionando. Incluso las escuelas están abiertas, aunque no todas, sólo en los grandes centros, digamos que el 60% de las escuelas están abiertas. En esta época del año, las ciudades se llenan de adornos navideños, las iglesias están siempre llenas, y si alguien pasara por allí, podría no darse cuenta de que hay una guerra en acto.
La gente está cansada, quiere volver a la normalidad y con estas manifestaciones aprovecha para demostrarlo a todo el mundo. Como Iglesia, también a través de la intervención de Cáritas y de la Comisión «Justicia y Paz», estamos actuando para apoyar a los nuevos desplazados internos creados por los recientes atentados y esperamos realmente que la Navidad ilumine los corazones y que el nuevo año traiga buenas noticias».
A la tensa situación que se vive desde hace años en las regiones occidentales de habla inglesa, se han sumado recientemente problemas en el norte del país, donde pastores y pescadores se han enfrentado violentamente por cuestiones de agua. Sólo en las últimas semanas han muerto 22 personas y miles han sido desplazadas.
«El obispo de Yagoua - concluyó Mons. Andrew Nkea Fuanya - nos ha dicho que la situación es realmente grave. Estos conflictos tribales internos son muy preocupantes, sobre todo en esa parte del país, donde todos deberíamos estar unidos para no ofrecer margen de maniobra al avance de Boko Haram, muy activo en esa zona».