(Persecution/InfoCatólica) Zaki aún se enfrenta a posibles penas de cárcel cuando se reanude su juicio el 1 de febrero de 2022. Se le acusa de difundir noticias falsas por un artículo escrito en el que detallaba la discriminación a la que se enfrentaba en su vida como cristiano copto en Egipto. Su trabajo como investigador y activista también incluía la obtención de un máster en Italia. Zaki defendió el caso de Giulio Regeni, un italiano que fue acusado de actuar como espía en Egipto y fue torturado y asesinado. El gobierno italiano le concedió a Zaki la ciudadanía honoraria para agilizar su liberación.
Mientras los activistas de derechos humanos se congratulan la liberación de Zaki, otros activistas, como Ramey Kamel, siguen encarcelados. La detención de Kamel se renovó el 27 de noviembre por otros 45 días, lo que le sitúa muy por encima de la restricción legal de 2 años de prisión preventiva.
Egipto, que acaba de poner fin a un estado de excepción de cuatro años, también ha añadido nuevas leyes que, en esencia, permiten la participación permanente del gobierno en la represión. Las enmiendas a la ley antiterrorista imponen penas aún más duras que las que permitía la ley de emergencia, incluyendo multas más altas y más tiempo de cárcel. Las enmiendas a la ley de protección de instalaciones públicas permiten remitir a los civiles a los tribunales militares, donde los veredictos son inapelables. Las enmiendas al Código Penal protegían aún más a las fuerzas armadas y a las alianzas corporativas de la responsabilidad civil. Las enmiendas fueron ratificadas el 23 de noviembre.
La liberación de Patrick Zaki es uno de los muchos intentos del gobierno egipcio por mejorar su posición internacional. La eliminación del estado de excepción es otro ejemplo. Sin embargo, el continuo encarcelamiento de otros activistas de derechos humanos y la aplicación de nuevas leyes restrictivas demuestran que las cosas no ha cambiado mucho Egipto.