(ACIPrensa/InfoCatólica) Según notas del National Catholic Register redactadas por Joseph Pronechen, escritor católico y autor del libro «Fruits of Fatima - Century of Signs and Wonders», el 10 de diciembre del año 1925, Sor Lucia presenció una aparición de la Virgen María y el Niño Jesús en su convento de Pontevedra, en España.
Durante esta aparición, bajo la advocación de la Virgen de Fátima, Santa María dio varias indicaciones para la salvación de las almas de los fieles, entre las que destaca la devoción de los cinco primeros sábados.
Un 10 de diciembre de hace 95 años, la Virgen de Fátima se apareció a Sor Lucia en su convento y le dio indicaciones para la salvación de los fieles, entre ellas, la devoción de los 5 primeros sábados.
Sor Lucia relató que la Virgen «sostenía su Inmaculado Corazón en la mano, y a su lado estaba el Niño Jesús en una nube luminosa. Jesús dijo: Ten compasión del Corazón de tu Santísima Madre. Está cercado de las espinas que los hombres ingratos le clavan a cada momento, y no hay nadie que haga un acto de reparación para sacárselas».
Apoyando su mano sobre el hombro de Lucia, María dijo: «Mira, hija mía, mi corazón cercado de espinas que los hombres ingratos me clavan sin cesar con blasfemias e ingratitudes».
«Tú, al menos, procura consolarme y di que a todos los que, durante cinco meses, en el primer sábado, se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen el Rosario y me hagan compañía durante 15 minutos meditando en los misterios del Rosario con el fin de desagraviarme, les prometo asistir en la hora de la muerte con las gracias necesarias para su salvación», prosiguió María Santísima.
Pronechen afirma que, con motivo de la Navidad, lo mejor que podemos obsequiarle a nuestra Madre María es cumplir su pedido con devoción ya que, a 95 años de la aparición, es «más urgente que nunca» y recomienda empezar «el primer sábado de enero».
Para esta tarea, el escritor invitó a tener como base 3 pilares esenciales. El primero de ellos es el Rosario, recordando otra aparición de la Virgen María el 13 de julio de 1917 en Fátima, donde les indicó a Lucia y a sus dos primos, Francisco y Jacinta, la importancia de mantenerse «rezando el Rosario todos los días en honor a Nuestra Señora del Rosario, para obtener la paz del mundo y el fin de la guerra, porque solo ella puede obtenerla».
La siguiente es la confesión, indicando que «es otra parte importante del mensaje que Nuestra Señora dio anteriormente en Fátima cuando les dijo a los pastorcitos: la gente debe enmendar sus vidas y pedir perdón por sus pecados. ¡No deben ofender más a nuestro Señor, porque ya está demasiado ofendido!».
Pronechen explicó que «pedir perdón» se refiere al sacramento de la confesión y está incluido dentro de las instrucciones dadas por la Virgen María en su aparición a Sor Lucia para la práctica de devoción de los 5 primeros sábados, dentro de las cuales se incluye el reparar por las blasfemias e ingratitud hacia su Inmaculado Corazón como necesidad fundamental.
Por último, el sacramento de la comunión eucarística ya que, como comparte Pronechen, la Virgen de Fátima pidió compasivamente que el «primer sábado de cada mes se hagan comuniones de reparación en expiación por los pecados del mundo».
«Este 95 aniversario reúne para nosotros la petición de nuestra Santísima Madre, el mensaje de Fátima, la necesidad de que realmente lo aceptemos y lo sigamos por nuestro propio bien y el del mundo», recalcó el escritor.