(Fides/InfoCatólica) Al principio de su homilía, el cardenal dio las gracias a Dios y al monarca de Baréin:
«Damos gracias al Señor por el don de la catedral de Nuestra Señora de Arabia, signo vivo de la preocupación del Señor por su rebaño. El Santo Padre, el Papa Francisco, y la comunidad católica de Bahrein agradecen a Su Majestad el Rey Hamad bin Isa al Khalifa por mantener la tradición de la familia real de apoyo a la Iglesia católica, y por donar el terreno en el que se encuentra esta iglesia».
A la consagración del nuevo lugar de culto, que se levanta en un terreno donado a la Iglesia por el rey Hamad bin Isa en el municipio de Awali, han asistido, entre otros, el obispo capuchino Paul Hinder, administrador del vicariato apostólico de Arabia del Norte, y el arzobispo Eugene Martin Nugent, nuncio apostólico en Kuwait y Qatar, junto con una discreta multitud de fieles, que han acudido a la liturgia de dedicación en la catedral en cumplimiento de las disposiciones sanitarias debido a la pandemia.
En la homilía, el cardenal también ha recordado con gratitud al «obispo Camillo Ballin que inició este proyecto» -que falleció en 2019 antes de verlo terminado- y ha dado las gracias a los arquitectos, constructores, trabajadores, artistas y a los «muchos benefactores» que han ayudado a erigir la nueva iglesia en suelo bahreiní.
El purpurado filipino explicó la importancia de tener la catedral como lugar de encuentro:
«Celebrar la dedicación de una iglesia significa que ahora está reservada a obras sagradas para la gloria de Dios y la santificación del pueblo de Dios. Por eso la iglesia también se llama casa de Dios y casa de la familia de Dios. Querida familia de Dios, por favor, venid a menudo a vuestra casa, a esta iglesia, para encontraros y conversar, hablar con nuestro Padre misericordioso. Venid a casa. Venid a menudo. Dios también os está esperando. Gracias a los frecuentes encuentros espirituales que tendrán lugar en la nueva catedral, ninguno podrá considerar el nuevo edificio como 'una hermosa casa en la que no vive nadie', y quien se acerque podrá sentir y tocar 'el amor y las palabras de la familia de Dios, y no el frío vacío de un lugar abandonado'».
La construcción de la nueva catedral ha durado siete años. «Ahora – ha continuado el cardenal Tagle - podemos decir que está terminada. La construcción de un edificio llega a su fin. Pero podemos decir que la construcción de la comunidad llamada iglesia nunca termina. Las piedras y la madera que componen un edificio eclesiástico permanecerán unidas durante muchos años. Vemos edificios de hace tres mil años que todavía se mantienen», mientras que los miembros de una misma comunidad pueden dividirse y separarse «incluso en un solo día». La comunión de las personas, las «piedras vivas» de la comunidad eclesial –ha indicado el Prefecto de Propaganda Fide en su homilía-, sólo puede perdurar si se renueva y salvaguarda siempre por la gracia operante de Cristo, y sólo si las «piedras vivas» no se separan nunca de Él, «la piedra angular sobre la que estamos construidos como una casa espiritual», y evitan el destino de convertirse «sólo en piedras duras y frías».
Y para permanecer injertados en la «piedra angular de Cristo», ha sugerido el cardenal Tagle, desarrollando la homilía en torno a la analogía de la Iglesia como un «edificio espiritual» de «piedras vivas», es necesario seguir los «tres caminos» representados por la escucha de la palabra de Dios, la participación en la Eucaristía y en los demás sacramentos y el servicio de la caridad hacia «Cristo presente en los hambrientos y sedientos, en los extranjeros, en los sin techo, en los enfermos o en la cárcel».
Tras los ritos de consagración de la iglesia, el Prefecto de Propaganda Fide ha entregado al obispo Hinder un ostensorio como signo de la comunión de la Iglesia católica de Baréin con la Sede Apostólica de Roma y con toda la Iglesia universal. El Cardenal también ha entregado al Obispo Hinder y al Nuncio Nugent los Decretos que otorgan a la iglesia recién consagrada la dignidad de catedral. Al mismo tiempo, la iglesia de la Sagrada Familia de Kuwait ha recibido el título de co-catedral.
En las palabras finales de la celebración, el cardenal Tagle ha vuelto a recordar la figura de monseñor Ballin, agradeciendo al Señor el don «de este gran hombre y gran misionero».