(ACN/InfoCatólica) Las dos religiosas católicas todavía se están recuperando del susto: una turba hinduista las agarró por la fuerza en una parada de autobús y las llevó a una comisaría del distrito de Mau, en el estado de Uttar Pradesh, al norte de la India».
La Hna. Monteiro, de la Congregación de las Ursulinas Franciscanas, había acompañado a la parada del autobús a su compañera, la Hna. Roshi Minj, que iba a visitar a su padre enfermo en el estado de Jharkhand, al este de la India, cuando se produjo el incidente.
«Cuando dejé a la Hna. Minj en la parada y volví a nuestro todoterreno, un grupo de hombres hinduistas empezó a insultar al conductor y trató de sacarlo de su asiento», ha relatado la Hna. Monteiro a Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), añadiendo: «Todavía estoy en shock. Intervine para ayudar al conductor, pregunté a los hombres qué querían y por qué nos estaban acosando. Entonces nos respondieron a gritos, acusándonos de haber convertido a un hindú al cristianismo».
«Entonces descubrieron a la Hna. Minj, que también fue arrastrada a la fuerza de la parada del autobús, y nos llevaron a la comisaría de policía». Mientras las llevaban a la comisaría, la turba coreaba consignas anticristianas. Las religiosas fueron obligadas a permanecer en la comisaría durante más de seis horas y no fueron liberadas hasta la noche, tras la intervención de funcionarios superiores. Según las hermanas, no fueron maltratadas por los agentes de policía. Pero estos las obligaron a esperar, debido a la amenaza de la turba hinduista que permanecía en el exterior exigiendo que se actuara contra ellas por supuesta conversión ilegal.
Uttar Pradesh, el estado más poblado de la India, prohibió la conversión religiosa mediante un decreto en noviembre de 2020, que fue promulgado como ley por la Asamblea Estatal de Uttar Pradesh en febrero de este año. Esta ley prevé hasta diez años de cárcel por convertir a alguien mediante la seducción, la fuerza, la coacción o el fraude, entre otros.
Uttar Pradesh es el último de los ocho estados de la India donde se han introducido leyes para regular la conversión religiosa. Los líderes eclesiásticos cuestionan su legalidad, alegando que violan la Constitución india, que permite a los ciudadanos profesar la religión de su elección y les garantiza la libertad de propagarla.
«No hemos hecho nada malo ni ilegal pero, a la vista de todo el mundo, nos han llevado a la fuerza a la comisaría. Es bastante chocante, nunca imaginamos que pudiera pasarnos algo así en la vida», ha señalado la Hna. Monteiro, religiosa desde hace 21 años y actualmente directora de una escuela de secundaria gestionada por la Iglesia. «Nadie se espera ser tratado así en público. Los hombres nos rodearon como si fuéramos seres asociales», ha dicho la Hna. Minj a ACN.
«Cuando me obligaron a acompañarlos, primero pensé que algo debía haberle pasado a la Hna. Monteiro, pero, al llegar junto a ella, me di cuenta de que sus gritos iban dirigidos contra los cristianos y que nos acusaban de haber convertido a alguien». «Una cosa es cierta: la vida de los misioneros cristianos, y especialmente de las religiosas que visten sus hábitos religiosos, ya no será la misma en Uttar Pradesh», ha asegurado la Hna. Minj, que también es enfermera.
Uttar Pradesh, actualmente, está gobernado por el monje hindú Yogi Adityanath, miembro del partido nacionalista hinduista Bharatiya Janata (BJP). Desde que Adityanath asumió el poder, en marzo de 2017, Uttar Pradesh ha registrado 384 ataques contra la minoría cristiana. También los musulmanes sufren ataques similares por parte de influyentes grupos radicales hinduistas, que cuentan con el apoyo tácito de los organismos gubernamentales.
«Cuido de mis pacientes cada día sin pararme a pensar, pero las cosas han cambiado mucho después de este incidente», ha dicho la Hna. Minj, añadiendo: «continuaremos con nuestra misión a pesar de todos los desafíos y la persecución». El mismo día en que las religiosas fueron atacadas, la policía también arrestó a siete protestantes, entre ellos tres mujeres, calificando un encuentro de oración como una ceremonia de conversiones religiosas ilegales. Es posible, que la turba hinduista pensara inicialmente que las monjas estaban llevando a personas a dicho encuentro.
Aunque los cristianos solo representan el 0,18%, de los 200 millones de habitantes del estado de Uttar Pradesh, los grupos extremistas hinduistas siguen atacando a los fieles por supuestos casos de conversión religiosa, interrumpiendo a menudo los encuentros de oración y otras actividades.