(El Mundo/InfoCatólica) El informe que en el 68,1% de los analizados, las víctimas de las agresiones sexual eran niños. Se da la curiosa circunstancia de que mientras que en la práctica totalidad de las agresiones a adultos las víctimas eran mujeres (el 97,7%), en el caso de los menores ese porcentaje disminuye hasta el 68,4 por cierto al ser también los niños objeto de esos delitos.
Los casos abordados con víctimas menores de edad sumaron 64, con un total de 95 víctimas: 65 niñas y 30 niños. Un elemento importante de la violencia sexual ejercida sobre los menores es que en la mayor parte de las ocasiones la agresión no es un puntual. En un tercio de esos casos la situación de violencia se prolongó durante varios meses; en el 14,3%, durante un año y en el 12,2%, dos años. El estudio revela que las agresiones se prolongaron durante 5 y 6 años en un 10,2% de casos y hasta 7 o más años en otro 12,2%.
Familiares o conocidos
La mayoría de los agresores (37,7%) forman parte de la familia; son conocidos a través de las relaciones familiares y de vecindad (31,2%) o conocidos del ámbito educativo, de ocio o deportes (24,7%). En un 7,8% de los casos, el contacto entre el agresor y el menor se produjo a través de las redes sociales.
Un análisis más profundo del grupo de agresores de menores que forman parte de la familia revela que más de la mitad de ellos (54,5%) tenían una relación biológica con la víctima, eran padres, abuelos, tíos, etc.; y que en el 45,5% de estos casos de violencia doméstica, el agresor era el padre biológico del menor o la pareja actual de su madre.