(InfoCatólica) Desde el cisma de oriente de 1054, que separó a los ortodoxos de la Iglesia Católica, los cismas intraortodoxos han sido numerosos. En la actualidad, el más conocido es la ruptura de la comunión entre el Patriarca Ecuménico de Constantinopla, que tiene la primacía de honor entre los ortodoxos, y el Patriarca de Moscú, que mantiene bajo su autoridad a la mayoría de los ortodoxos del mundo. Este quiebre de las relaciones entre ambos Patriarcas se produjo con ocasión de otro cisma, acaecido cuando Ucrania se independizó eclesiásticamente del Patriarcado de Moscú en 2018, con el apoyo de Constantinopla. No se trata, sin embargo, de los únicos cismas que afectan actualmente a la Ortodoxia. Un buen ejemplo de ello es la república caucásica de Abjasia, situada entre Rusia y Georgia.
Cuando la Unión Soviética se desmembró en 1991, el territorio de Abjasia pasó a formar parte de la nueva Georgia independiente. Una año después, sin embargo, los abjasios declararon su independencia e iniciaron una guerra contra Georgia, con el apoyo de Rusia. Treinta años y dos guerras más tarde, Abjasia sigue siendo independiente, pero solo cinco países del mundo reconocen oficialmente esa independencia (Rusia, Siria, Venezuela, Nicaragua y Nauru).
Este pequeño país, con una superficie similar a la de la Comunidad Valenciana, tiene una población de unos 250.000 habitantes, algo más de la mitad de los cuales son de religión ortodoxa. Debido a la particular relación que tradicionalmente suele haber entre las Iglesias Ortodoxas y las autoridades civiles, la evolución del estatus político de Abjasia necesariamente ha influido en su situación dentro de la organización eclesial de la Ortodoxia.
Después de la guerra de 1992, con la derrota de Georgia, los popes de etnia georgiana huyeron de Abjasia o fueron expulsados y solo quedó un sacerdote, que era abjasio: Vissarion Apliaa. En esas circunstancias, Vissarion se convirtió en el dirigente de facto de los ortodoxos abjasios, que se organizaron en una eparquía (equivalente oriental a una diócesis). Poco a poco, comenzaron a llegar sacerdotes de Rusia y a ordenarse otros sacerdotes abjasios.
En 2009, la eparquía declaró unilateralmente su independencia del Patriarcado de Georgia. A pesar de las protestas georgianas, Vissarion se proclamó Catholicós de Abjasia, en un intento de resucitar el antiguo Catolicado de Abjasia, una demarcación eclesial ortodoxa que existió entre los siglos XV y XIX, hasta la conquista por Rusia. Dos años después, en 2011, el gobierno abjasio reconoció oficialmente a la Iglesia Ortodoxa Abjasia y le cedió el control de las iglesias, catedrales y monasterios ortodoxos en territorio abjasio. La catedral de Pitsunda, donde antiguamente había estado la sede del Catolicado, se convirtió en sede del nuevo Catholicós y se formaron dos eparquías, Pitsunda y Sujumi, con un total de nueve parroquias y dos monasterios.
Desde el principio, el Patriarcado de Georgia rechaza frontalmente la independencia de la Iglesia Ortodoxa Abjasia. Si bien Rusia mira políticamente con buenos ojos a los rebeldes abjasios, el Patriarcado de Moscú apoya oficialmente la postura del Patriarcado de Georgia, ya que, según algunos analistas, necesita su apoyo para acabar con el cisma de Ucrania, de mucha mayor magnitud que el de la pequeña República de Abjasia.
Curiosamente, dentro del cisma abjasio se ha producido un nuevo cisma y existe un grupo de sacerdotes rusos y abjasios, encabezados por el Archimandrita Dorotheos Dbar, que han establecido el Santo Metropolitanato de Abjasia, rival de la Iglesia Ortodoxa Abjasia y dependiente directamente del Patriarcado de Constantinopla. Este grupo está relacionado con el monasterio Nuevo Athos, en el que Dorotheos fue monje.
En febrero de 2021, la Iglesia Ortodoxa Abjasia suspendió temporalmente los servicios religiosos en todo el país como medida de presión para conseguir oficialmente la independencia el Patriarcado de Georgia. Vissarion declaró en la televisión abjasia que, durante la Segunda Guerra Mundial los abjasios habían sido incorporados ilegítimamente al Patriarcado de Georgia (que solo fue reconocido por Constantinopla medio siglo después). Asimismo, afirmó que la situación de los últimos treinta años era «imposible».
Recientemente, Vissarion, volvió a pedir a los Patriarcas de Moscú y de Georgia que reconocieran la independencia o autocefalía de la Iglesia Ortodoxa Abjasia. En respuesta, el pasado mes de octubre, el Patriarca de Georgia invitó a Vissarion a acudir a Tiblisi, la capital de Georgia para dialogar. Sin embargo, Vissarion rechazó la invitación, declarando era «otra argucia» y que la cuestión de la Iglesia Abjasia solo podía resolverse en Rusia, un país que se considera más favorable a la autocefalía solicitada.
Por el momento, el cisma continúa y tres entidades se disputan el control de los ortodoxos abjasios: el Patriarcado de Georgia, que sigue considerando Abjasia como una más de sus eparquías, aunque su presencia efectiva en el país es nula; la Iglesia Ortodoxa de Abjasia, dirigida por Vissarion, en principio autocéfala pero con una fuerte dependencia práctica de Moscú; y el Santo Metropolitanato de Abjasia, dirigido por Dorotheos y dependiente del Patriarca Ecuménico de Constantinopla.