(ACN/InfoCatólica) Ciudadanos de Burkina Faso, testigos y víctimas de los acontecimientos que acechan al país recientemente, han declarado a la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) sobre dichos sucesos, en los que grupos armados visitan diversas aldeas de la población con el fin de violentar, robar, saquear y obligar a sus dueños a pagar impuestos.
El método que los terroristas utilizan para llevar a cabo este tipo de acciones se basa en llegar violentamente a las aldeas y pedir a los pastores cuidadores de rebaños supuestos impuestos por cabeza de ganado, si no tienen el suficiente dinero, los extremistas incautan sus animales.
Sin embargo, en las últimas semanas, los ataques han sido mayores para los cristianos, alcanzando en algunos casos graves persecuciones. Algunos de los testigos de la región de Sahel declaran: «si los dueños eran cristianos los atacantes no consideraban necesario contar sus animales, porque dijeron que no sólo se querían llevan a sus animales, sino matar a los dueños».
La ACN también informa sobre múltiples huidas que se han dado en la última semana, en las que 147 personas, dentro de las que se incluyen ocho mujeres embarazadas y 19 niños menores de cinco años, se han visto obligadas a huir de dos localidades que limitan con Níger.
Sus nombres se mantienen en secreto por motivos de seguridad, ya que, de revelarse, se estaría exponiendo al resto de los habitantes que no lograron desalojar su tierra. Los grupos escapistas buscaron refugio en Dori, la capital de la región del Sahel, y, según cuentan, muchos de ellos son buscados por los terroristas para ser asesinados simplemente por ser cristianos.
Uno de los grupos escondidos en Dori se encontraba conformado por 17 personas (nueve ancianos, una mujer y siete niños) y uno de sus miembros relata la enorme dificultad de tal huida y el riesgo de ser descubiertos: «Lo terrible es que cuando alguien nos daba refugio, éramos denunciados como cristianos y eso ponía en peligro a quien nos acomodaba. Teníamos que dormir alejados de las aldeas. No todos los cristianos de la zona han podido huir. Estamos preocupados por el destino de nuestros hijos y esposas que se quedan allí».
Mons. Laurent Birfuoré Dabiré, obispo de Dori, en declaraciones a la ACN también afirmó que hay numerosos «ataques, secuestros y asesinatos en todo el país. Los terroristas secuestran a quien quieren, ejecutan a unos, liberan a otros».
Asimismo, el obispo informa sobre el control que los terroristas se encuentran ejerciendo sobre varios ejes de comunicación, atacando seguidamente las fuerzas de defensa y seguridad.
«Entre Dori y Ouagadougou, los terroristas el pasado domingo 31 de octubre dieron marcha atrás a los autobuses regulares que tomaron la vía a Ouagadougou, anunciando que desde ese día la vía estaba bloqueada», explicó a ACN. «Las fuerzas militares hicieron un reconocimiento de la carretera después, pero la gente tiene miedo porque es algo puntual y los terroristas pueden regresar en cualquier momento».
«Dori corre el riesgo de quedar incomunicada del resto del país si la situación no mejora. Existe un peligro real de viajar con vehículos privados e incluso con transporte público por temor a ser detenidos en el recorrido por un inesperado control de terroristas. Recen por la triste y dramática situación de mi diócesis. El peligro es cada vez mayor. Esperamos que quienes aún no han podido salir de las localidades en peligro puedan ponerse a salvo en los próximos días», aseguró Mons. Laurent Dabiré.