(NCRegister/InfoCatólica) El Vicario General para la Diócesis de Roma, Cardenal Angelo De Donatis, ha prohibido la celebración de la Misa con el misal de 1962 durante el Triduo Pascual, en aplicación del motu proprio del Papa Francisco Traditionis Custodes.
En una carta fechada el 7 de octubre pero difundida el pasado 9 de noviembre, el Cardenal Angelo De Donatis escribió que en la Diócesis de Roma se podrá seguir celebrando de acuerdo con el Misal Romano de 1962 (la última edición del Misal de la Misa tradicional), en cinco iglesias de Roma, excepto el Jueves Santo, el Viernes Santo y el Sábado de Pascua.
El Cardenal De Donatis señaló también en la carta que ni los sacramentos ni los sacramentales podrán celebrarse de acuerdo con el Misal anterior al Concilio Vaticano II, únicamente la Misa.
Aunque el Obispo de Roma es el Papa Francisco, el Santo Padre delega el trabajo de la Diócesis al Vicario General, que ejerce el poder ejecutivo de esta jurisdicción eclesiástica.
El motu proprio Traditionis Custodes, promulgado por el Santo Padre el pasado 16 de julio, estableció una serie de restricciones para la celebración de la Misa tradicional.
Según informa NCRegister, entre otras medidas, en el motu proprio se establece que «corresponde al Obispo, como moderador, promotor y guardián de la vida litúrgica en la Iglesia, de la que es principio de unidad, regular las celebraciones litúrgicas».
En la carta 'pastoral', el Cardenal De Donatis afirma que «todos los presbíteros, diocesanos o religiosos, que deseen continuar haciendo uso de la facultad de celebrar según el Misal Romano de 1962 en el territorio de la Diócesis de Roma, deben ser previamente autorizados por el obispo diocesano».
Por lo tanto, «todas las peticiones relativas a la actuación del motu proprio deben enviarse por escrito a mí, el Cardenal Vicario, que tomaré la decisión por medio de un encargado designado por mí».
El cardenal designó al párroco de Santissima Trinità dei Pellegrini, una iglesia dirigida por la Fraternidad Sacerdotal de San Pedro (FSSP), como responsable «pro tempore» (por el momento) de la «celebración digna de la liturgia eucarística, también como el cuidado pastoral y espiritual ordinario de los fieles».
Muchos fieles consideran que estas medidas camufladas una vez más como pastorales son especialmente brutales para los institutos de la Iglesia que se fiaron y acogieron la llamada paternal de Benedicto XVI, como la misma FSSP, cuyo objetivo es la santificación de los sacerdotes a través de la fiel observancia de las tradiciones litúrgicas anteriores a la reforma implementada tras el Concilio Vaticano II (cf. Constituciones n. 8) y que ahora cruelmente les limitan una de sus razones de ser.
Las lecturas durante la Misa tradicional en latín deben ser proclamadas en italiano de acuerdo con la traducción de 2008 de la conferencia de obispos italianos, decía la carta del Cardenal De Donatis.