(AsiaNews) El domingo 7 de noviembre, en la India, volvieron a aparecer noticias de comunidades cristianas atacadas violentamente por extremistas hindúes. En el estado de Karnataka, un grupo de activistas del Sri Ram Sena, movimiento vinculado al Hindutva, entró en una sala de oración y secuestró a los fieles que se encontraban en su interior. Ocurrió en la Colonia Maratha, un pueblo del distrito de Belgavi. Los nacionalistas hindúes acusaron al pastor Lema Cherian de organizar actividades de conversión y lo encerraron junto con 30 fieles en una sala y llamaron a la policía.
Al acudir al lugar la policía, los agentes enviaron a todos a casa. Por su parte, el líder de Sri Ram Sena protestó, acusando al gobierno de «no ser capaz de poner fin a estas actividades ilegales». Por su parte, el pastor Cherian desmintió que hubiera conversiones forzadas: «Solo estaba guiando una oración con un grupo de personas interesadas, como todos los domingos. No obligamos a nadie a venir aquí; sólo estamos practicando los ritos de nuestra religión».
En diálogo con AsiaNews, el presidente del Global Council of Indian Christians, Sajan K George, cuenta que: se trata de acusaciones falsas ya habituales, los únicos que recurren a la fuerza son los activistas de la derecha nacionalista, que encerraron al pastor y a los fieles en una sala, cometiendo un delito según el Código Penal indio. En Karnataka, los grupos de derecha se sienten envalentonados con la propuesta presentada por el gobierno local, que quiere reforzar las leyes anti-conversión locales.
El mismo domingo 7 de noviembre se produjo otro incidente en el Estado de Chhattisgarh. En una aldea rural del distrito de Dilai, golpearon a un grupo de mujeres cristianas que se habían reunido para orar. A pesar de que el edificio de culto está reconocido como lugar de oración cristiano, los fundamentalistas atacaron a las fieles y destrozaron la sala.