(Agencias/InfoCatólica) Las relaciones diplomáticas entre Colombia y sus países vecinos se han visto deterioradas recientemente por el acuerdo suscrito con Estados Unidos que permitirá al Ejército norteamericano utilizar siete bases militares en terreno colombiano para luchar contra el narcotráfico.
Los máximos representantes de la Iglesia Católica de Colombia, Ecuador y Venezuela se reunieron ayer en Bogotá para analizar la situación política que mantiene distanciados a esos países y encontrar soluciones a la crisis que los afecta. Al terminar el encuentro, los presidentes de las conferencias episcopales de las tres naciones emitieron un comunicado en el cual pidieron a los mandatarios de sus países “superar” los problemas políticos que actualmente los distancian y retomar la unidad de las tres naciones.
“La altísima responsabilidad que las tres naciones en forma democrática han confiado a sus mandatarios los obliga a superar cualquier tipo de sentimientos negativos o de dificultades ideológicas, que puedan obstaculizar el diálogo sincero y constructivo en busca de la concordia”, dijo un comunicado emitido por los jerarcas católicos.
En la reunión participaron los monseñor Rubén Salazar, de Colombia; monseñor Antonio Arregui, de Ecuador y monseñor Ubaldo Ramón Santana, de Venezuela. “Los altos intereses de los ciudadanos de los tres países exigen a sus conductores trabajar con imaginación en pos de los tantos motivos de unidad que afortunadamente poseemos”, dice el mensaje.
Ecuador mantiene rotas sus relaciones diplomáticas con Colombia a raíz del bombardeo a un campamento de las FARC en su territorio el 1 de marzo de 2008. En tanto, Bogotá y Caracas atraviesan por una nueva crisis diplomática a consecuencia del anuncio colombiano de un acuerdo militar con Estados Unidos para luchar contra el narcotráfico y el terrorismo, que es rechazado por Venezuela.
Los obispos pidieron que “el fragor de los debates políticos e ideológicos” no puede “hacer perder” que la unión y el uso de los recursos propios son la fuente para “superar la miseria y la pobreza” que todavía afecta a gran parte de las poblaciones “urbanas, rurales e indígenas”.
Los dirigentes católicos también pidieron a sus feligreses “que contribuyan activamente a crear una cultura de paz y de fraternidad” y exigieron a los gobiernos “fortalecer la vigencia de los derechos sociales y culturales” de sus países y evitar la “concentración y la arbitrariedad del poder”. “Las palabras duras acentúan ese choque, abren grietas, generan resentimientos y eso para algunos es la forma de generar una nueva situación (...) por eso es preciso que haya caballerosidad y respeto mutuo en la lucha política”, dijo Arregui.