cc(BLes/InfoCatólica) El 20 de septiembre del año en curso, Nature Scientific Reports ha publicado un artículo titulado «Un estallido cósmico del tamaño de Tunguska destruyó Tall el-Hammam, una ciudad de la Edad del Bronce Medio en el Valle del Jordán, cerca del Mar Muerto». En la publicación científica se presentan pruebas sobre una antigua ciudad muy próspera que fue destruida instantáneamente por un estallido cósmico alrededor del año 1650 a. C., lo cual, podría confirmar la historia bíblica de la destrucción de Sodoma.
El artículo tiene como autores a 21 profesionales en distintas áreas, entre los que se encuentran arqueólogos, geólogos, geoquímicos, geomorfólogos, mineralogistas, paleobotánicos, sedimentólogos, expertos en influencias cósmicas y médicos.
«Consideramos que es posible que las tradiciones orales sobre la destrucción de esta ciudad urbana por un objeto cósmico pueden ser la fuente de la versión escrita de Sodoma en el Génesis», se explica en el documento. «También consideramos que los detalles relatados en el Génesis coinciden razonablemente con los detalles conocidos de un evento de impacto cósmico».
La antigua ciudad de Tall el-Hammam se encuentra en ruinas, sin embargo, se han estado realizando excavaciones arqueológicas y estudiando sus restos desde el 2005, y más de 20 científicos de diez estados de EE. UU., Canadá, República Checa, y otros países se han encargado de analizar dichas muestras en detalle, las cuales tienen una antigüedad de más de 3.600 años.
Los resultados encontrados en las investigaciones coinciden con los datos sobre el conocido relato de la destrucción de Sodoma, en el que el Señor castiga a la ciudad con fuego y azufre debido al pecado y a la maldad que había en ella, convirtiéndola automáticamente en ruinas. Dicho relato se encuentra en la Biblia, en el libro del Génesis.
Explicación de la catástrofe
Según explican los científicos en el artículo, las rocas del universo (de 60 a 75 cm de diámetro) explotaron en una bola de fuego, distando de la superficie a 1-5 kilómetros. La temperatura central de la explosión llegó a más de 300.000 °C y fundió velozmente todo objeto hecho de cerámica, arcilla y yeso. La temperatura de la superficie terrestre de Sodoma superó por momentos los 1.850 °C.
Asimismo, tras expandirse la explosión a través de una onda, se produjo una ráfaga de viento que arrastró toda la ciudad (con una velocidad de 900-1.200 km/h) y se destruyeron todos los edificios que se encontraban en el camino. La potencia de explosión fue 1.000 veces mayor a la de la bomba atómica de Hiroshima.
Durante las excavaciones, los investigadores desenterraron del sedimento (con unos 1.5 m de espesor) restos de cerámica, los cuales contaban con una capa externa de vidrio fundido y esferas granulares de metales fundidos como platino, iridio, níquel, oro, plata, circón, cromita y cuarzo, y granos de circón esparcidos. Del mismo modo, se hallaron restos humanos terroríficos, con fragmentaciones totales de huesos y dislocaciones de articulaciones.
Conexión con la biblia
Los científicos dicen que dicha catástrofe se trató de un desastre que finalizó con la civilización y, dada la ubicación de Tall el-Hammam, su contexto temporal y modo de destrucción, algunos eruditos destacan altas probabilidades de que se trate de Sodoma, la ciudad bíblica.
El jefe del proyecto de excavación fue Steven Collins, quien apoya esta idea y explica que, debido a la geografía, la magnitud de la ciudad y su antigüedad, las pruebas son indudables y todo concuerda a la perfección con las descripciones bíblicas.
Un ejemplo de esto es que la ciudad de Tall el-Hammam fue abandonada repentinamente y que posee numerosas similitudes con Sodoma, como que tenía muros de 10 metros de altura y 5,2 metros de grosor, teniendo en cuenta que, según se describe en la Biblia, la ciudad de Sodoma poseía altas y gruesas murallas al tratarse de una importante ruta comercial.
A estas pruebas se añaden las investigaciones realizadas por los científicos dirigidos por el Dr. Phil Silva (afirman la explosión aérea de la ciudad) y por el editor de Biblical Archaeology Review, Hershel Shanks, quien además agrega que el punto clave está en el significado tras la referencia de los científicos a la destrucción de la ciudad por obra de Dios.