(Aica/InfoCatólica) «Ambas vidas merecen y deben ser protegidas», subraya el comunicado, y agrega que «no se puede obligar a nadie a realizar abortos, ni siquiera ante la gravedad de la violencia sexual, porque el aborto en Bolivia es un delito, aun bajo causales de impunidad y no se puede forzar a nadie, ni al personal de salud, a cometer este delito», y reclaman la necesidad de que se respete la objeción de conciencia.
Comunicado de la CEB
«En estos días hemos sido testigos de la dolorosa situación que vive una familia por graves hechos de violencia sexual, sufridos por una niña de 11 años en el municipio de Yapacaní, que se tradujeron en un embarazo que hoy tiene más de cinco meses.
Desde la Secretaría General de la Conferencia Episcopal Boliviana, exhortamos a las autoridades públicas a respetar y proteger el derecho a la vida y a la salud de la niña que ha sido víctima de violación y del bebé que está en gestación. Ambas vidas merecen y deben ser protegidas.
La Sentencia Constitucional 206/2014, de ninguna manera puede entenderse como una forma de legalización del aborto. El aborto sigue siendo un delito en Bolivia y no existe una interrupción legal del embarazo. Cuidar y proteger la vida es una obligación de todos.
Afirmamos que, tanto los derechos de la niña, como los del bebé que crece en su vientre, deben protegerse, ya que ambos son inocentes y víctimas de un acto criminal, que tiene una gravísima responsabilidad por la que se debe responder.
Siendo que la niña y su mamá deciden continuar con el embarazo resguardando la salud de la niña y del bebé, se deben buscar posibles soluciones, como la adopción, dado que previsiblemente la niña todavía no cuenta con la madurez necesaria para asumir el cuidado y la atención del bebé.
Recordamos que no se puede obligar a nadie a realizar abortos, ni siquiera ante la gravedad de la violencia sexual, porque el aborto en Bolivia es un delito, aún bajo causales de impunidad y no se puede forzar a nadie, ni al personal de salud, a cometer este delito. Reclamamos la necesidad de definir mecanismos que respeten el derecho humano a la objeción de conciencia.
Que el Dios de la vida que infundió el don de la vida, y quiso que su Hijo naciera de una mujer, María nos ayude a proteger, cuidar y respetar toda vida».