(Zenit/InfoCatólica) "Muchas fuentes, en Pakistán, dan por cierto un cambio de estrategia de los talibanes: no más atentados suicidas contra objetivos sensibles, sino una estrategia de la tensión que enfrente las comunidades entre sí. Una estrategia que busca golpear en particular a las minorías", explica Vecchia.
Según el experto, la mayoría islámica es ante todo pacífica, y a menudo convive codo a codo en las grandes ciudades con las minorías, no sólo la cristiana. En opinión de Stefano Vecchia, experto citado por la emisora vaticana, "es muy probable que se trate de los mismos extremistas que actuaron en la ciudad de Gojra a primeros de agosto", extremistas de "influencia talibán".
"Muchas fuentes, en Pakistán, dan por cierto un cambio de estrategia de los talibanes: no más atentados suicidas contra objetivos sensibles, sino una estrategia de la tensión que enfrente las comunidades entre sí. Una estrategia que busca golpear en particular a las minorías", explica Vecchia.
Según el experto, la mayoría islámica es ante todo pacífica, y a menudo convive codo a codo en las grandes ciudades con las minorías, no sólo la cristiana.
Ley antiblasfemia
Para Vecchio, aparte de las tensiones políticas que actualmente vive el país, el problema de los cristianos es la ley antiblasfemia, que les convierte a menudo en víctimas de la discriminación y objetivo fácil para los violentos, delitos de difícil persecución.
De hecho, los obispos católicos paquistaníes expresaban recientemente su "decepción" por la falta de un proceso legal contra los disturbios anticristianos en la provincia del Punjab.
En declaraciones a la agencia católica asiática UCANews, el presidente de los obispos paquistaníes, monseñor Lawrence J. Saldanha, arzobispo de Lahore, mostró su preocupación porque, "un mes después de la masacre, ninguno de los acusados ha sido castigado". "Temo que los culpables queden impunes, y que el caso quede suspendido durante mucho tiempo", añadió.
La ley antiblasfemia prevén la cadena perpetua o incluso la pena de muerte, para quienes insulten el Corán o al profeta Mahoma. El problema es que a menudo, afirman los obispos, se abusa de ella por intereses personales.
Según datos de la Comisión Nacional de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal paquistaní, desde la entrada en vigor de la ley, 964 personas han sido procesadas, entre ellas 479 musulmanes, 119 cristianos, 340 ahmadíes (una secta musulmana considerada hereje) y 14 hindúes.
Desde varias instancias, no solo cristianas, se ha pedido la supresión o al menos la revisión de esta ley. La Iglesia ha llevado adelante una campaña de firmas en este sentido, y se esperan al menos 200.000.
Los cristianos representan el 1,6% de la población paquistaní, de un total de 160 millones de personas.