(VaticanNews/InfoCatólica) A pesar de la fuerte oposición de los líderes religiosos británicos y más de 1.600 profesionales médicos, un nuevo proyecto de ley para permitir la muerte asistida en Inglaterra y Gales pasó su segunda lectura en la Cámara de los Lores el viernes.
El «Proyecto de ley de muerte asistida», presentado por la baronesa Molly Christine Meacher, sigue a dos propuestas anteriores que no se convirtieron en ley antes de las elecciones generales del Reino Unido de 2015.
Si se aprueba, legalizaría la muerte asistida como una opción para los adultos con enfermedades terminales y mentalmente competentes en sus últimos seis meses de vida. Dos médicos independientes y un juez del Tribunal Superior tendrían que evaluar cada solicitud que, si se concediera, permitiría a un paciente morir en la forma, el momento y el lugar que elija. Actualmente, el suicidio asistido se castiga con hasta 14 años de prisión en el Reino Unido.
Los activistas a favor de la nueva legislación argumentan que les daría un mayor control sobre cómo y cuándo mueren. Sin embargo, durante el debate de la Segunda Lectura, 60 oradores expresaron su fuerte oposición por motivos de seguridad, protección de personas vulnerables y discapacitadas, además de destacar los usos indebidos del lenguaje de la «compasión» cuando se habla de suicidio asistido.
Estos argumentos también han sido presentados por los obispos católicos de Inglaterra y Gales, quienes durante los últimos meses han invitado a los católicos a presentar una petición en contra del proyecto de ley y a orar por su rechazo.
A ellos se unieron esta semana otros líderes religiosos. El 19 de octubre, el cardenal Vincent Nichols de Westminster, el arzobispo anglicano de Canterbury Justin Welby y el rabino principal Ephraim Mirvis enviaron una carta conjunta a sus compañeros advirtiendo del riesgo para las personas vulnerables. En contraste con la ley propuesta, los tres líderes religiosos pidieron medidas para poner a disposición de todos los cuidados paliativos de alta calidad al final de sus vidas. El objetivo de una sociedad compasiva debería ser la «vida asistida» en lugar de la aceptación del suicidio asistido, señalaron.
La organización Asuntos de la Vida de CBCEW, agradeció a los católicos por escribir a sus compañeros y orar para que se derrotara el proyecto de ley. Dijo que los obispos continuarán «escudriñando y desafiando la legislación» que ahora será examinada por un comité. «La Iglesia Católica tiene claro que nunca podemos ayudar a quitarle la vida a otro, aunque lo solicite», reiteró el prelado. «Toda vida es sagrada desde la concepción hasta la muerte natural, y reiteramos nuestro llamado a invertir en cuidados paliativos de alta calidad. Nuestro llamado es de ayuda para vivir y no de ayuda para suicidarse».