(Asia News) Mons. Agustinus Agus salió en defensa de las cooperativas de crédito de West Kalimantan a raíz de una investigación que llevó a cabo la policía indonesia. Los detectives locales interrogaron a Gabriel Marto, director de una cooperativa de crédito en Pancur Kasih, acusándolo de realizar prácticas financieras ilegales como seguros de vida y transferencias bancarias sospechosas. «Todas esas acusaciones son infundadas», explicó Marto a los periodistas. «Hemos llevado la ayuda financiera a zonas remotas donde no hay oficinas financieras, pero no hemos violado la ley».
El arzobispo Agus explicó que la Iglesia Católica inició sus actividades de microcrédito hace varias décadas, ayudando a cientos de miles de personas a lo largo de los años. Actualmente las tres principales cooperativas están ubicadas en Keling Kumang, Pancur Kasih y Lantang Tipo. Al principio, solo recibían ayuda financiera los nativos dayak de Kalimantan Occidental, pero ahora los receptores de los microcréditos provienen de todas las comunidades religiosas del país.
En su comunicado, el arzobispo destacó que «la Iglesia católica en la provincia de Kalimantan Occidental ha fundado esta iniciativa económica de compasión social para promover el bienestar económico entre los marginados, tal como lo contempla la doctrina social de la Iglesia». Monseñor Agus agregó que «como fieles no somos perfectos en muchas cosas, pero las cooperativas de crédito han permitido que las pequeñas empresas no se vieran obligadas a cerrar incluso durante la pandemia».
Con estas declaraciones, apoyadas por los partidos católicos, la tensión en Kalimantan ha disminuido. Sin embargo, algunos residentes locales explicaron que la investigación de la policía indonesia en Pancur Kasih se ordenó a partir de un caso judicial que involucró a un banco propiedad del gobierno (BTN) y la cooperativa de Lintang Tipo. Esta última había invertido 70 millones de rupias indonesias (4.285 euros) en el BTN. Después de haber transferido 40 millones de rupias (2.450 euros) a otro banco privado, la cooperativa decidió transferir también los 30 millones restantes (1.840 euros), pero la mitad de la cifra había desaparecido. Se presentó una demanda para recuperar el dinero faltante, pero la Corte Suprema defendió a la BTN y sus empleados, por lo que el banco del gobierno nunca compensó la pérdida de la cooperativa.
«A pesar de que no hay pruebas claras sobre este asunto, personalmente estoy convencido de que la investigación sobre la administración de Pancur Kasih se llevó a cabo debido a la batalla legal que involucra a Lintang Tipo», explicó P. Floris, quien está a cargo de la cooperativa y espera que el gobierno intervenga para resolver el problema. «Si no lo hiciera, también perderíamos en términos de imagen. La gente desconfiaría de nosotros y sería un desastre en Kalimantan Occidental».