(Cope/InfoCatólica) A eso de las 2:20 de la madrugada del martes se registró el incendio de un templo evangélico en el sector Bajo Quilantahue, en Tirúa. Una hora después, una iglesia católica se quemaba en el sector Primer Agua.
Ambos lugares quedaron calcinados y afortunadamente no se registraron heridos. Tampoco se encontró evidencia que permita identificar a algún responsable. Policía y el Ministerio Público trabajan para determinar las causas de los siniestros.
El martes por la noche, el Presidente de Chile, Sebastián Piñera, afirmó que los hechos de violencia que se vienen dando en la zona sur contra la propiedad privada, funcionarios públicos y personas, se vinculan al narcotráfico, el terrorismo y al crimen organizado. Piñera anunció un estado de excepción constitucional de emergencia durante 15 días para las provincias de Biobío y Arauco, Región del Biobío, Malleco y Cautín y en la Región de la Araucanía.
En ese contexto, la Archidiócesis de Concepción lamentó «profundamente estos actos de violencia que, además de inconducentes, no aportan en nada a la solución de los graves problemas políticos, sociales y económicos que aquejan al país y a la zona de Arauco».
«Insistimos que solo a través del diálogo se podrán lograr soluciones justas y adecuadas a las dolorosas situaciones humanas de toda índole aún presentes en esa zona del país», agregó en el comunicado.
En ese sentido, reiteró su rechazo a la violencia y lamentó el daño provocado «a quienes profesan la fe» porque «hiere un aspecto fundamental del ser humano, la libertad religiosa».
«Urge la necesidad de atender adecuadamente a la población de Arauco quienes, por muchos años, han estado rezagados y no han visto en la práctica un real interés por parte de toda la sociedad chilena frente a su situación de pobreza, marginación y desamparo», concluyó el comunicado.