(Diocesis Getafe/InfoCatolica) Esta peregrinación ha llevado la imagen de la Virgen por los principales santuarios marianos de España desde el mes de mayo.
En el Cerro de los Ángeles fue recibida por García Beltrán que portó la imagen en andas hasta el altar seguidos del vicario general, José María Avendaño; el vicario episcopal de Apostolado Seglar e impulsor de esta peregrinación, Jaime Bertodano; el vicario episcopal del Cerro, Manuel Vargas; el coordinador del Foro Mariano, Agustín Giménez; el vicecanciller secretario, Guillermo Fernández, una quincena de sacerdotes diocesanos y miles de peregrinos llegados desde diversos rincones de la Diócesis
El obispo quiso comenzar la celebración poniéndose bajo el amparo de María y de Dios: «al comienzo de esta celebración, bajo la mirada de la Virgen santísima, que tantos kilómetros de nuestra geografía española ha realizado, y hoy termina su peregrinación en el centro geográfico y espiritual de España, nos ponemos en la presencia del Señor» comenzó D. Ginés.
«Madre hace tiempo que te esperábamos aquí en el Cerro de los Ángeles, para unirnos a tu corazón y ser todos un solo corazón y una sola alma». Con esta frase comenzaba D. Ginés su homilía para pasar después a saludar a los sacerdotes, los consagrados que le acompañaban, los peregrinos y sobre todo «a los organizadores y a los voluntarios», que habían hecho posible esta peregrinación.
«Hoy es un día grande para nuestra Diócesis, porque hoy hace 30 años que comenzó la Diócesis de Getafe. Con el primer obispo comenzaba una diócesis joven, dinámica, con muchísima vida y hoy, 12 de octubre, precisamente, la Virgen viene a casa para recordarnos quiénes somos, dónde estamos y dónde tenemos que estar» continuó el obispo, añadiendo: «y por si fuera poco esta tarde serán ordenados dos nuevos sacerdotes para el servicio de la Diócesis, es un día de fiesta grande para todos nosotros».
«Señora ¡salve! porque nos diste al Hijo amado del Padre, ¡salve! porque fuiste discípula fiel, madre, esposa del Espíritu Santo; madre de la Iglesia, porque la guías, la cuidas y proteges, porque nos enseñas el camino de la salvación» proclamó el prelado.
«María la mujer sencilla que cambio el mundo con un Sí; esto, queridos hermanos, nos tiene que impresionar. Una mujer casi niña, sencilla, que con su sí, que muestra el abandono y la confianza en el Señor, cambió el mundo. Sin dudar dice ‘aquí está la esclava del Señor’ y ahí comienza la historia de la salvación» explicó D. Ginés.
Después de la muerte de Jesús, la recogió el discípulo Juan y ahí vemos la Iglesia naciente y la recoge para traerla a España, la tierra de María» continuó.
«Desde comienzos de la evangelización, acompañando el peregrinar del apóstol Santiago, España se convirtió en la tierra de María y no entendemos España sin María porque María y España ya son una, porque en ella encuentra la memoria agradecida de su pasado, el presente y sobre todo, la esperanza del futuro» expresó D. Ginés.
«Santiago había pensado que su evangelización no tenía fruto y María vino a confirmar su don y su misión» subrayó.
Refiriéndose en concreto a la peregrinación ‘Madre Ven’, el obispo quiso tener palabras de reconocimiento y agradecimiento para todos los que la han hecho posible: «vosotros, queridos organizadores de esta peregrinación, os habéis dado cuenta cómo la Virgen rompe muros, abre puertas, acoge y mira con ojos de madre. Nosotros podemos estar lejos pero la Virgen siempre está cerca».
«Puede que nuestros conciudadanos no conozcan al Señor y vivan apartados de Dios y de la Iglesia pero María no está lejos, María está con ellos, está con todos» subrayó, y continuó, «a todos nosotros y a los que nos están siguiendo a través del canal de Youtube, esta mañana Jesús nos dice «ahí tienes a tu Madre».
«Sin María nuestra casa no sería tal. Lo que da identidad a una casa, a un hogar, es la madre. Lo que da identidad a nuestra casa es María. La casa del discípulo es la casa de la madre, nuestra casa es la casa de la Madre» continuó.
«María ha hecho en estos meses un itinerario de fe y de conversión que dará muchísimos frutos. Porque la madre cambia el corazón. Como decía san Juan Pablo II, ‘María es la peregrina de la fe’, y en estos meses María se ha convertido en la peregrina de la fe. Un camino evangelizador como el del apóstol Santiago; un camino de esperanza y de amor, el camino de la madre que siempre ilumina, fortalece, consuela y acoge».
«La Virgen nos invita a poner nuestra mirada en el corazón de Jesús y buscar en Él nuestro consuelo y nuestra esperanza» concluyó.
D. Ginés al final de la celebración mostró su alegría y agradeció de nuevo todo el esfuerzo realizado por hacer posible este viaje de la Virgen y añadió: «al que deja todo por Él, el Señor le da el ciento por uno y al final, la vida eterna. Son importantes los frutos que vemos pero más importantes son los que no vemos» insistió el obispo.
Los peregrinos emocionados cantaron la Salve a la Virgen en latín para terminar la ceremonia mientras el obispo incensaba la imagen y la coronaba con una corona de flores, acto que resultó muy aplaudido por los presentes, que siguieron acompañando a María con otros cantos en su honor.
La imagen de la Virgen presidió las ordenaciones sacerdotales que tuvieron lugar en la tarde del día 12. Al concluir esa celebración, cientos de peregrinos acompañaron a María desde la Basílica hasta el Carmelo del Cerro de los Ángeles en una preciosa procesión de antorchas, presidida por Jaime Bertodano.
Recibieron la imagen bendita en el convento las Madres Carmelitas con sus cantos, y su capellán -Agustín Giménez- le dio la bienvenida al lugar donde permanecerá en adelante.
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