(ACN/InfoCatólica) «¡Están matando Nápoles! El rastro de sangre que atraviesa la ciudad estos días, causando la muerte de vidas jóvenes y el terror y la angustia de barrios enteros, calles, familias, no puede dejarnos indiferentes», dijo el arzobispo Domenico Battaglia en una declaración publicada el 12 de octubre en el sitio web de la archidiócesis.
Su llamamiento se produjo tras el asesinato de un joven de 19 años el 9 de octubre. La policía está investigando las conexiones del fallecido con la Camorra, una organización criminal con sede en Nápoles. La semana pasada también fue asesinado otro joven de 23 años.
El fin de semana, unos ladrones armados entraron en una pizzería de un barrio de Nápoles y apuntaron con sus armas a las familias que estaban cenando, incluidos niños pequeños.
En su mensaje, Mons. Battaglia se dirigió a los miembros de la Camorra y a otras personas relacionadas con el crimen.
«Les digo: ¡vuelvan a ser humanos! Conviértanse», dijo. «Vuestro obispo no dejará de acoger y acompañar los pasos de conversión y el renacimiento humano de quienes escuchen su conciencia y la palabra del Evangelio, dejando las armas, y emprendan caminos de colaboración con la justicia».
Mons. Battaglia, de 58 años, se convirtió en arzobispo de Nápoles en diciembre de 2020. Antes del nombramiento, era párroco en otra archidiócesis del sur de Italia, Catanzaro-Squillace, donde le llamaban «Don Mimmo» y era conocido como un «cura de la calle» que se ocupaba de los marginados.
Battaglia dijo esta semana que él y un grupo de jóvenes adultos de la archidiócesis visitarían el distrito Ponticelli de Nápoles, una de las zonas más afectadas por la reciente escalada de violencia de la Camorra.
«¡Están matando Nápoles!», reiteró. «La Camorra y el hampa la están matando, con la violencia y la crueldad de quienes han olvidado que son humanos».
Añadió que la indiferencia de la gente y el hecho de no tomar partido contra la violencia también estaban destruyendo la ciudad.
«Bajo la cruz de nuestra ciudad, debemos hoy más que nunca, juntos y sin distinción de fe, política, rol social e institucional, ponernos de pie, evitar estar de espaldas esperando que algo cambie por sí mismo y sentados, endurecidos y resignados a ver morir a Nápoles», dijo.
Dirigiéndose a las madres de Nápoles, especialmente a las que viven en barrios y situaciones familiares difíciles, dijo:
«Sed un instrumento de conversión para vuestros hijos, ayudad a vuestras familias a arrepentirse, volved a ser el vientre que genera vida y no cómplices de los caminos de la muerte».
Battaglia celebrará una reunión el 13 de octubre con miembros de la sociedad civil, el sector privado y la Iglesia católica para trabajar en una iniciativa educativa para Nápoles.
«Los niños y los jóvenes de Nápoles no pueden ser receptores pasivos del cambio, sino que deben convertirse en sus protagonistas», dijo. Y concluyó:
«A todas las instituciones, a la sociedad civil, a los hombres y mujeres de buena voluntad, a mi Iglesia napolitana, les pido hoy más que nunca que caminen juntos, superando el individualismo y la desconfianza, trabajando juntos para devolver a Nápoles su vocación de ciudad de paz, de acogida, de solidaridad.»