(Katolisch/InfoCatólica) En una entrevista concedida al «Neue Zürcher Zeitung», al ser preguntado por la tesis de que se está instrumentalizando la cuestión de los abusos sexuales en la Iglesia, Mons. Voderholzer recordó que ya había señalado anteriormente que existen planes para transformar los órganos sinodales «de órganos consultivos a órganos decisorios». Además de los representantes del Comité Central de los Católicos Alemanes (ZdK), «algunos obispos» también están de acuerdo con esos planes, que obviamente son contrarios a la doctrina católica sobre la autoridad episcopal.
El obispo considera que el Camino Sinodal está sobrecargado con «demasiadas y muy altas expectativas». De hecho según el derecho eclesiástico sus posibles decisiones no son vinculantes. Por lo tanto, el obispo seguirá implicándose «y, si es necesario, seguiré siendo incómodo». Según Voderholzer, un número creciente de obispos alemanes también están preocupados por tomar la dirección equivocada. Sin embargo, muchos obispos «apenas» se han ocupado del Camino Sinodal.
La culpa de los abusos no es la moral católica, sino su desprecio
En la entrevista, Voderholzer rechazó la idea de que se esté dando una actitud demasiado vacilante ante la violencia sexual en la Iglesia. «Por el contrario, me parece que la Iglesia dirigida por viejos célibes es la que más ha avanzado de todas las instituciones en la prevención, el esclarecimiento y la superación de los abusos sexuales», subrayó el obispo, mientras que también hay «comunidades eclesiásticas organizadas sinodalmente» en Alemania que lo tienen mucho más difícil. La culpa de las agresiones sexuales no la tiene la moral sexual de la Iglesia, sino su «notorio desprecio». En cuanto a la cuestión de las mujeres en el ministerio ordenado, Voderholzer subrayó que la constitución interna de la Iglesia no depende de los valores occidentales vigtentes, sino del «Nuevo Testamento y la voluntad de Jesucristo de fundar la Iglesia».
El obispo de Ratisbona considera respecto al sacerdocio que habría que poner más énfasis en la unidad de los consejos evangélicos de celibato, pobreza y obediencia. En una verdadera reforma, dijo, hay la posibilidad de ser más creíble como iglesia y no de volverse aún más «burguesa». «Quizá necesitemos liberarnos del impuesto eclesiástico para volver a ser más cristianos, en contra de la secularización denunciada por Benedicto XVI», subrayó Mons. Voderholzer.