(CNAd/InfoCatólica) El «Camino Sinodal», que comenzó el 1 de diciembre de 2019 con el encendido del Cirio Sinodal y que ya había sido prorrogado una vez a causa de la pandemia por Covid-19, se extenderá así a una duración total de más de tres años.
El sábado por la tarde, las deliberaciones tuvieron que interrumpirse en torno a las 15:15 horas porque ya no había quórum. Faltaban cinco para alcanzar la mayoría requerida de dos tercios de los 154 participantes. El obispo Bätzing presentó una moción para que se comprobara el quórum, porque muchos ya habían abandonado la reunión.
La conclusión de Bätzing, sin embargo, fue: «Hemos llegado sorprendentemente lejos».
En la rueda de prensa de clausura del «Camino Sinodal», Bätzing explicó que no se habría atrevido a esperar de antemano «lo que finalmente hemos conseguido aquí». Es cierto que no hemos gestionado «toda la carga de trabajo». Esta asamblea «estaba bajo una gran tensión emocional».
Las decisiones, o más bien «la falta de decisiones», de Roma fueron también culpables, afirmó el obispo de Limburgo, aludiendo entre otras cosas a la no aceptación de las ofertas de renuncia del arzobispo de Hamburgo, Mons. Stefan Heße, arzobispo de Hamburgo, el cardenal Reinhard Marx, arzobispo de Munich, y la confirmación del cardenal Rainer Maria Woelki como arzobispo de Colonia.
A Mons. Bode le parece fantástico cambiar la moral sexual católica
El obispo Franz-Josef Bode dijo en la conferencia de prensa que le parecio un «gran momento» que se aceptara el texto básico del foro sinodal, que quiere cambiar la moral sexual de la Iglesia.
Karin Kortmann, de la ejecutiva del ZdK, reiteró su exigencia al Nuncio Apostólico de Alemania, Nikola Eterovic, de que Roma cumpla finalmente con la petición de un debate. El hecho de que todavía no se haya producido es un «rechazo brusco».
El «Camino Sinodal» durará al menos hasta 2023
«Votamos para pedir al presidium (ndr: presidencia de la Asamblea Sinoda) una prórroga», explicó el obispo Bätzing. Finalmente «el Presidium se reunió» y decidió conceder dicha prórroga.
Bätzing admitió que el obispo de Aquisgrán, Mons. Helmut Dieser, que forma parte de la presidencia, ya se había marchado, pero dio por hecho que apoyaría esta decisión.
«La presión es alta, necesitamos aire y tiempo», explicó el obispo de Limburgo y presidente de la Conferencia Episcopal Alemana. Este tiempo es necesario para «intercambiar pareceres con los demás con un propósito, no sin sentido».
Según Bätzing, los dos organizadores del Camino Sinodal -la Conferencia Episcopal Alemana y la ZdK- deben ahora «volver a ponerse de acuerdo» sobre la decisión de ampliarlo. Es decir, aunque se ha votado y aprobado dicha ampliación, ambas instituciones deben ratificarla.
El presidente de la ZdK, Thomas Sternberg (CDU), subrayó la necesidad de ampliar la «vía sinodal». No es un «anuncio de una catástrofe, de un problema». Por el contrario, dijo:
«Está yendo bastante bien, está funcionando de manera excelente, también con los votos. Funciona con la disciplina, los turnos de palabra, funciona muy bien con el respeto mutuo, incluso con puntos de vista muy diferentes. Todo es maravilloso».
Sin embargo, «el tiempo es muy limitado», añadió Sternberg. Para «llegar realmente hasta el final con los textos», dijo, se creará una quinta asamblea sinodal, que comenzará a finales de enero o principios de febrero de 2023.
CNA Deutsch había informado sobre algunos problemas -tanto técnicos como de contenido- en la asamblea sinodal lo que había provocado un «comienzo titubeante» del evento. Algunos participantes también se mostraron en desacuerdo con el Presidente saliente de la ZdK sobre las interacciones entre los miembros del sínodo.
Bätzing: «Nadie quiere abolir el sacerdocio».
La cuestión más polémica de los debates en esta sesión de la Asamblea Sinodal fue, según los medios, el debate sobre la abolición del sacerdocio sacramental, lo que habría causado una acalorada controversia. La comprensión del sacramento del matrimonio por parte de la Iglesia también debe cambiar radicalmente, según la mayoría de los participantes. Señal de que son incapaces de entender que ni siquiera un Papa o un concilio ecuménico puede cambiar la sustancia de los sacramentos, incluído el del orden. Mucho menos una asamblea sinodal de una iglesia local.
Sin embargo, en la conferencia de prensa final, el Presidente de la Conferencia Episcopal Alemana echó la culpa a los medios y criticó las informaciones según las cuales la Asamblea Sinodal quería abolir el sacerdocio.
«No se trataba en absoluto de abolir el sacerdocio», afirmó el obispo. En cambio, dijo, se buscaba analizar que «la posición del ministerio sacramental del sacerdote se ve desafiada por la crisis de los abusos y también por la escasez de sacerdotes».
Por ello, dijo el prelado, el Foro Sinodal ha querido «reforzar la posición del ministerio sacerdotal del pueblo de Dios» y así «cubrir también las espaldas de los sacerdotes». Lo que, según Bätzing, había sido «malinterpretado» por algunos medios de comunicación, era en realidad el mandato al Foro de «llamar positivamente la atención sobre el porqué y el dónde de la posición del ministerio sacerdotal en medio del pueblo de Dios».
El obispo de Limburgo subrayó con rotundidad:
«¡Nadie puede decir que la Iglesia alemana (sic!) va a abolir el sacerdocio! Eso no es cierto».