(BLes/InfoCatólica) Una imagen en la que un Marine que sostiene del brazo a una bebé recién nacida sobre una cerca de alambre de púas se hizo viral y recorrió el mundo entero a través del internet. En el momento de la fotografía, los padres intentaban que su hija lograra pasar al grupo de personas que tomarían un avión hasta Estados Unidos en los caóticos días de retirada del ejército estadounidense de Afganistán. Actualmente, se confirmó la reunión de los padres con su hija y su permanencia en Arizona, protegidos del peligro de los talibanes.
Cuando los talibanes tomaron el poder en la ciudad de Kabul, Afganistán, el ejército militar estadounidense inició una rápida y desorganizada retirada, en la que se llevaron consigo a miles de ciudadanos afganos como refugiados, primordialmente a quienes formaban parte de las misiones estadounidenses de rescate.
Fue así que, dentro de la desesperación, cientos de padres afganos comenzaron a entregar a sus hijos pequeños a extraños en el aeropuerto de Kabul, buscando salvarlos del régimen talibán.
Un oficial del Regimiento de Paracaidistas declaró al diario británico Independent: «Las madres estaban desesperadas, estaban siendo golpeadas por los talibanes. Gritaban: “¡Salvad a mi bebé!” y nos lanzaban a los bebés. Algunos de los bebés cayeron sobre el alambre de espino».
«Fue horrible lo que pasó. Al final de la noche, no había un solo hombre entre nosotros que no estuviera llorando», añadió.
Una imagen en particular conmovió al mundo, donde, a duras penas, un soldado estadounidense logra sostener por una mano y pasar al otro lado de la cerca a una bebé afgana cuya madre luchaba por salvar a toda costa.
Fox News informa que la madre ha vuelto a reunirse con su hija en Arizona, permanecen en un entorno seguro y esperan un futuro mejor.
El padre de la familia, identificado solo por su primer nombre por cuestiones de seguridad, Hameed, observó lo ocurrido desde el interior del perímetro del Aeropuerto Internacional Hamid Karzai.
Hameed es un aliado afgano que ejerció como asesor lingüístico y cultural de oficiales militares estadounidenses en Kabul por cinco años y que, además, estuvo todo el mes de agosto ayudando a los estadounidenses con las evacuaciones.
«Obtuvimos información de que la gente estaba siendo asesinada o desaparecida. Por mi afiliación al ejército estadounidense, sabía que mi hogar sería el siguiente. No era una cuestión de “si”, sino de “cuándo”», dijo Hameed.
Finalmente, la familia entera consiguió la oportunidad de subirse a un avión y emigrar a Estados Unidos como refugiados.