(Ideal/InfoCatólica) El prelado, al prohibir la procesión de la Virgen de las Angustias, se mostró muy preocupado por las consecuencias que puede acarrear a la población todo movimiento de personas y fieles en torno a la Patrona, «en unas cifras que cada año son impresionantes y que llevarían a salir a la calle o venir a nuestra ciudad entre 150.000 y 200.000 personas». Lo cierto es que la Junta de Andalucía y las autoridades sanitarias no ven tanto peligro, siempre que, por supuesto, se tomen las medidas de protección adecuadas, algo que ya se hace en otro tipo de evetos con público. Y el resto de obispos andaluces que han permitido ya las procesiones, tampoco ven mayor problema.
Parece que el prelado considera que los granadinos, a diferencia del resto de andaluces, son incapaces de guardar las medidas de seguridad necesarias y que la policía no puede cumplir con su deber. En se sentido, dijo:
«No seré yo quien pida a la Policía Local que pueda controlar el uso de mascarilla o el distanciamiento social en esa aglomeración de personas que de buena fe quieren ver a la Virgen de las Angustias y rezar ante ella».
Y añadió:
«Solo un contagio o un incidente con la Policía Local en algún altercado de público que no mantenga las normas establecidas sería contraproducente. Se volvería contra la hermandad, contra las procesiones o contra la Iglesia».
El arzobispo anunció también que «en similar situación a la Virgen de las Angustias está la romería del Cristo del Paño, de Moclín, y la procesión de la Virgen del Martirio, también en octubre, en Ugíjar, por lo que no se podrán celebrar»