(Agencias/Infocatólica) «El Gobierno se centrará en los intereses del Líbano y cooperaremos con quien sea, excepto Israel, por el interés de la patria», anunció Mikati desde el Palacio Presidencial, poco después de firmar el decreto que oficializa la formación del Ejecutivo junto al presidente de la República, Michel Aoun.
El Ejecutivo estará integrado por 24 ministerios, repartidos a partes iguales entre cristianos y musulmanes. Ningún partido tendrá mayoría suficiente para bloquear el funcionamiento general, en un intento por evitar futuras debilidades, informa el diario 'L'Orient le jour'.
«Toda esperanza está perdida, solo nos queda la oración y el ayuno». Así se manifestaron los obispos maronitas al concluir su encuentro mensual el pasado 1 de septiembre. Los obispos convocaron entonces a «una novena de oración, ayuno y conversión por la salvación del Líbano», que comenzó el pasado domingo 5 de septiembre y terminará el 14 de septiembre, en la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz que recuerda el descubrimiento de las reliquias de la cruz de Cristo por parte de Santa Elena, madre del emperador Constantino (siglo IV).
El Cardenal Beshara Raï, patriarca maronita, lleva muchos pidiendo la formación de un gobierno que haga salir a su país de la parálisis institucional, social y política en la que se encuentra sumido desde la dimisión del anterior gobierno.
En el Líbano, el delicado modelo institucional nacional reserva el puesto de Presidente de la República a un cristiano maronita, mientras que el papel del Primer Ministro debe asignarse estrictamente a un musulmán sunita, y el cargo de Presidente del Parlamento está reservado a un musulmán chiíta. Los acuerdos de Taif, que sancionaron el final de la guerra civil en 1989, establecieron la paridad numérica entre los escaños parlamentarios reservados para los diputados cristianos y musulmanes.